Muchos subestiman el poder del lenguaje, sin tomar en cuenta que las palabras correctas pueden llevarte a formar parte de un grupo, transmitir una decisión difícil sin provocar un escándalo y demostrar poder.

Así lo afirma la revista de negocios y trabajo Inc., la cual añade que elegir los términos equivocados o ser despreocupado al respecto, puede ser una señal de alerta de un pensamiento descuidado o desorganizado.

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Con ello coincide, Brian De Haaff, co-fundador de la compañía de software Aha!, quien aseguró en una columna de opinión en la red social LinkedIn, que “las palabras importan. Lo que dices puede afectar cómo la gente te percibe. Lo ideal es que las palabras que usas te eleven y motiven a los que te rodean”, expresa. En este sentido, asegura que existe una palabra que realmente aleja a las personas del éxito profesional.

Se trata del aparentemente inocuo adverbio: “honestamente”

Y es que según De Haff, la honestidad es una cualidad que no debería ser necesario señalarla, ya que al hacerlo (cuando dices “honestamente” o “hablando con honestidad…”) das a entender que el resto del tiempo eres menos auténtico y sincero. De hecho, de acuerdo al CEO, es probable que muchos comiencen a preguntárselo en ese preciso momento.

“Un vicepresidente de ventas con el que he trabajé muy de cerca antes de cofundar Ahá! siempre decía ‘honestamente’ cuando él realmente quería algo. Él pensaba que era una manera de abordar un punto difícil, pero todos nos preguntábamos si nos mentía el resto del tiempo”, dijo Brian.

“Usar el término ‘honestamente’ en el mejor de los casos socava y en el peor destruye tu credibilidad. Algunas personas reaccionarán como lo hice con el vicepresidente de ventas y cuestionarán tu transparencia general o tu nivel de deshonestidad en otras situaciones. El uso de ese término pone en tela de juicio tu integridad”, señala.

Pero éste no es el único problema, según De Haff también es una “ventana a tu frustración”. Esto porque muchas veces al usar este término captas la atención negativamente cuando menos lo deseas, “y, a menudo después de que alguien ha estado en desacuerdo contigo”.

“No dejes que tus palabras sean una ventana a tu frustración. Cualquiera que sea ésta es mejor comunicarla con palabras directas y en forma sensata. Utiliza tu claridad de pensamiento y el tono adecuado para compartir tu punto de vista”, explica.

Por último, De Haff afirma que esta palabra crea distancia, y aleja a las personas de una conversación y hace más difícil que ellos expresen sus puntos de vista. “Este enfoque daña la construcción de relaciones, y cualquier argumento que otro estaba a punto de exponer” y la idea es construir relaciones en lugar de destruirlas lentamente, dice el autor.

“Para una mejor auto-presentación en el lugar de trabajo, piensa en las palabras que usas y cómo las usas. Busca un lenguaje claro y positivo, que evite que tu integridad se ponga en tela de juicio. Hablando con elocuencia, con confianza, directamente, y con voluntad, reduce los malos entendidos y aumentará el respeto tanto hacia ti, como para el mensaje que estás entregando”, concluye.