Las autoridades chinas contemplan reducir el número de crímenes castigados con la pena de muerte, una medida que se inscribe en los esfuerzos actuales de las autoridades comunistas para controlar mejor y reforzar la legitimidad del sistema judicial, informa la prensa oficial.

Según un proyecto de enmienda presentado al comité permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, parlamento), se excluirán nueve crímenes de la pena capital, entre ellos el tráfico de armas o de material nuclear, la fabricación de moneda falsa, la prostitución forzada o la estafa.

La máxima pena por estos delitos será cadena perpetua, precisa la agencia Xinhua.

China, país que ejecuta más condenados que todo el resto del mundo junto, dispone actualmente de una lista de 55 crímenes objeto de la pena capital, entre ellos muchos que no implican violencia física.

Desde que promulgó en 1979 su código penal, China solo ha reducido en una ocasión el número de delitos de esta lista, en 2011.

Pekín retiró algunos crímenes económicos, reduciendo de 68 a 55 el número de crímenes objeto de pena de muerte. De hecho, desde 2007 se necesita la autorización del Tribunal Supremo para llevar a cabo cualquier ejecución.

El número de personas ejecutadas en China nunca se divulga, pero una ONG con sede en Estados Unidos anunció la semana pasada que estima que 2.400 personas fueron ejecutadas en 2013.

Este número supone una reducción del 20% con relación a 2012, y una caída notable si se compara con las 12.000 ejecuciones registradas en 2002, según la Fundación Dui Hua (“Diálogo”).

Esta ONG teme que cambie la tendencia a la baja del número de ejecuciones en China por la campaña sumamente represiva que llevan a cabo las autoridades de Pekín en la región musulmana de Xinjiang, escenario de conflictos crecientes y de una revuelta latente de una parte de la población que rechaza la tutela de Pekín.

El sistema penal chino, directamente controlado por el Partido Comunista, sigue siendo una máquina de condenar prácticamente sistemática. En materia criminal, las absoluciones son prácticamente inexistentes.