Una investigación determinó que los estudiantes chilenos consideran que la escuela tiene un papel relevante en “tener y desarrollar un proyecto de vida propio” y “ser reconocido y respetado en dignidad de derechos”, pero consideran que no aborda bien el desarrollo de las capacidades, tales como “poder participar e influir en la sociedad” y “poder experimentar placer y emociones”.

Se trata del estudio “El papel de la Educación en la formación del Bienestar Subjetivo para el Desarrollo Humano. Una revisión al caso chileno”, que fue presentado hoy por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), y a la que asistió la subsecretaria de Educación, Valentina Quiroga.

El estudio muestra que el curriculum chileno enfatiza en un subconjunto de capacidades, “Poder conocer y comprender el mundo en que se vive”, “tener vínculos significativos con los demás” y “poder participar e influir en la sociedad en que uno vive”, dejando postergadas otras, tales como “Sentirse seguro y libre de amenazas” y “tener y desarrollar un proyecto de vida propio”.

Respecto a la capacidad de “poder conocer y comprender el mundo en que se vive” es la que cuenta con mayor factibilidad de ser implementada en el actual contexto formativo de la escuela chilena, en tanto que la capacidad con menor factibilidad para ser abordada es “tener y desarrollar un proyecto de vida propio”.

La posibilidad de que la experiencia escolar en Chile se desarrolle en un marco de calidad, entendida como integradora de las capacidades potenciadoras del bienestar subjetivo, aparece incorporada en el discurso de lo deseado, pero fuertemente tensionada en su potencial realización porque “existe un claro desbalance entre las capacidades relevadas como más propiamente escolares”. También porque “si bien la capacidad de “poder conocer y comprender el mundo en que se vive” es reconocida como la más propiamente escolar, es una de las que presenta mayor insatisfacción por parte de los estudiantes. Éstos no ven que la escuela los esté apoyando en el conocimiento y comprensión del mundo real.

Igualmente, la capacidad de “poder participar e influir en la sociedad en que uno vive” es la segunda capacidad peor evaluada por los estudiantes.

El estudio concluye que “resulta paradójico lo que ocurre con “tener y desarrollar un proyecto de vida propio”; es considerada como una de las capacidades propiamente escolares (por expertos y estudiantes), pero el análisis curricular muestra que es la capacidad menos considerada en el curriculum chileno.

La investigación también sostiene que el sistema educativo otorga poco espacio para la subjetividad, lo que no favorece la formación integral y el ejercicio tempranos de la autonomía, condición clave para el pleno ejercicio del derecho a la educación. La noción de calidad debe considerar estas perspectivas aún más complejas y que ponen al sujeto de manera mucho más explícita al centro de su quehacer. Este estudio estará disponible en www.unicef.cl