Este domingo a las 11:00 horas, se conmemoró en el cementerio Nº 3 de Playa Ancha, la muerte del sacerdote Miguel Woodward, quien fue visto por última vez a bordo de la Esmeralda, en septiembre de 1973.

Durante el encuentro, los treinta y cinco manifestantes desarrollaron una reunión sin incidentes y con la compañía de otras agrupaciones de derechos humanos, exigiendo un pronto pronunciamiento de la Corte Suprema, a las acciones presentadas con la finalidad de lograr el encarcelamiento de los responsables de las torturas y la desaparición de los restos del denominado “Cura Obrero”.

Javier Rodríguez, vocero de los amigos de Woodward, señaló no conocer porqué el máximo Tribunal de Alzada, habiendo pasado 12 años de presentada la querella criminal, no se ha pronunciado en su conclusión final.

A juicio del integrante de la agrupación, esto podría deberse a la espera de un clima judicial distinto, como lo afirmó en conversación con Radio Bío Bío.

Si bien es cierto aún no se conoce el paradero exacto de sus restos, la investigación del caso indica que uno de sus últimos paraderos con vida, fueron la Universidad Santa María y la Academia de Guerra Naval.

El vocero señaló que se escogió el cementerio Nº 3 de Playa Ancha por su innegable calidad de espacio público, donde se pudo colocar una placa en recuerdo de Miguel Woodward, e invocar una vez más la justicia y la necesidad de un actuar decidido de los tribunales chilenos.