El príncipe William de Inglaterra, segundo en la línea de sucesión de la Corona británica, y su esposa Kate anunciaron este lunes que esperan un segundo hijo, que será cuarto en la línea de sucesión.

“A sus altezas reales el duque y la duquesa de Cambridge les complace anunciar que la duquesa de Cambridge espera su segundo hijo”, reza un comunicado sobre la pareja, cuyo primer hijo, el príncipe George, bisnieto de la reina Isabel, cumplió un año el 22 de julio.

“La reina y los miembros de las dos familias están encantados con la noticia”, prosigue el texto.

El niño o la niña será el cuarto en la línea de sucesión a la Corona, desplazando al príncipe Enrique, su tío, a la quinta posición. A la reina le siguen su hijo Carlos, príncipe de Gales, su nieto, el duque de Cambridge, y su bisnieto George.

La Casa Real informó de que Kate está siendo tratada en el palacio de Kensington de hiperémesis gravídica, una complicación del embarazo que provoca fuertes náuseas y vómitos, como le ocurrió con su primer hijo, y que “no acompañará al duque de Cambridge en su compromiso en Oxford hoy”.

La hiperémesis gravídica, que obligó a hospitalizar a la duquesa en su primer embarazo, ocurre en 3,5 de cada 1.000 embarazos, y puede provocar deshidratación, pérdida de peso y un aumento de las toxinas en la sangre o la orina.

Kate tenía previsto realizar a finales de setiembre su primer viaje oficial en solitario, a Malta.

“Muchas felicidades al duque y la duquesa de Cambridge. Estoy encantando con la feliz noticia de que esperan otro hijo”, reaccionó el primer ministro David Cameron.

El nacimiento del primer hijo de la pareja, el 22 de julio de 2013, creó una gran expectativa.

Fue presentado al mundo frente a la maternidad St Mary de Londres ante las cámaras de unos 200 periodistas. Esta primera imagen del que está llamado a convertirse un día en rey de Inglaterra recorrió el planeta e inundó las redes sociales con 18.000 tuits por minuto.

Como ocurrió con su hermano mayor, se presume que la llegada del próximo miembro de la familia real tendrá un efecto beneficioso en la imagen de la monarquía, ya restablecida de la travesía del desierto que supusieron el divorcio y la muerte en 1997 en accidente de tráfico de la princesa Diana, su abuela.

Según una encuesta publicada después del nacimiento de George, un 24% de los británicos tenían una mejor imagen de la familia real y un 50% consideró que había contribuido a mejorar la imagen de la familia real.

Rey de repuesto

En la cultura monárquica, se espera que la esposa del heredero a la Corona dé a luz un nuevo heredero y también lo que se conoce como un “rey de repuesto”, el papel que por ejemplo tuvieron la princesa Margarita -fallecida en 2002- respecto a la reina Isabel y el príncipe Harry respecto a William, por citar dos casos notorios.

Al primero se le supone más formalidad y el segundo suele brindar espléndidos titulares a los tabloides.

La princesa Margarita, por ejemplo, frecuentaba ambientes bohemios y tuvo una tormentosa vida amorosa, mientras que de Enrique todavía se recuerdan deslices como unas fotos disfrazado de oficial nazi en una fiesta.