Uno de los empresarios más exitosos de los últimos 34 años resultó responsable de “engañar” al mercado para beneficio propio y de sus socios más cercanos. Se trata de Julio Ponce Lerou, dueño de la minera no metálica más grande del mundo, que fue sancionado por la Superintendencia de Valores y Seguros a pagar 164 millones de dólares, junto a sus ejecutivos y representantes de las denominadas empresas “cascadas”.

Pero además, la multa afecta a la corredora de la bolsa Larraín Vial y a su dueño, Leonidas Vial, quienes calificaron de “injusta y desproporcionada” la sanción. En un comunicado, el superintendente Carlos Pávez consideró “extremadamente graves” las prácticas reveladas en la investigación.

Es el caso económico más escandaloso de los últimos años, con montos involucrados mucho más escandalosos que el caso Inverlink y el caso “Chispas”. En este último, cuando se privatizó el sistema eléctrico a los españoles.

Si bien aún no pueden ser considerados delincuentes puesto que todavía están siendo investigados, evidentemente los responsables del Caso Cascadas están en el suelo ético. Lo anterior, porque resulta que las multas millonarias que deberán cancelar son mucho menores respecto a los millonarios montos que se embolsaron. Todo esto demuestra que cometer estos ilícitos en Chile es un negocio, puesto que se quedan con plata en el bolsillo.

Aunque hay una arista penal, desde ya se puede decir que nadie irá a la cárcel simplemente porque la ley en materia penal es débil y feble. Incluso la “Ley Emilia” contempla sanciones más graves que la legislación respecto de delitos económicos, y si bien se puede estimar que no hay un homicidio, pero empobrecieron a una cantidad de gente increíble.

Por otro lado, es menester destacar el silencio del mundo político respecto a un escándalo tan grande y estando involucrado Julio Ponce Lerou, ni más ni menos que el ex yerno del fallecido dictador Augusto Pinochet, empresario que se hizo rico bajo el amparo del jefe castrense porque justamente tenía una relación familiar.

Y resulta que hay un silencio impresionante de la política ¿Se ha dado cuenta del mutismo de los políticos al respecto? ¿Ha hablado la presidenta Michelle Bachelet?¿Dónde están los ministros? ¿Ha escuchado al senador Girardi o al diputado Andrade? Están todos callados ¿Por qué? De la derecha no hay mucho que hablar porque son todos amigos, pero de la Nueva Mayoría… ¿Por qué ese silencio?

Pero ¿quién es el principal lobbista de Ponce Lerou? Enrique Correa, el factótum del Partido Socialista, el principal lobbista de Chile y ex ministro en los tiempos de la transición a la democracia. Este personaje al parecer ha logrado mantener callados a todos los políticos, porque resulta que los “puntudos”, los irónicos, los que siempre hablan, están callados. No han habido dardos ni ironías, están todos amordazados con un bozal.

Da miedo y susto que alguien pueda imponer esos silencios -si es que así ha sido-, da susto que esos silencios abarquen desde el Partido Comunista hasta la UDI. Y en eso sí que hay acuerdo, el mismo consenso que no hay en Educación ni en Justicia, salvo en evitar opinar por actos que desde el punto de vista económico son atroces.

Por último, destacar que la Superintendencia actúa “en post”, es decir, luego de cometido el delito. Si la SVS actuara bien, debiera actuar en forma preventiva. Y si no lo realizan así, tal como lo realizan otros países donde se castiga luego de detectar las irregularidades, las sanciones son terribles. Pero en el caso chileno, el actuar es post y estos señores tienen todas las posibilidades porque ganaron plata.

Ayer muchos se felicitaban y se palmoteaban las espaldas por las sanciones, pero no hay razones para el palmoteo porque justamente lo que ocurrió ayer es un incentivo para que sigan haciendo lo mismo.