El presidente de la Confederación de Funcionarios de la Salud Municipalizada (Confusam), Esteban Maturana, expresó este domingo que los planteamientos de la directora de Fonasa, Jeanette Vega, en cuanto a que el 7% de la cotización obligatoria de salud vaya a un fondo único para que los recursos se distribuyan de manera solidaria, “constituyen -expresó el dirigente-, una oportunidad para dar el debate a fondo y resolver de una buena vez el drama de la salud de la gente”.

Maturana sostuvo que la directora del Fondo Nacional de Salud (Fonasa) “ha puesto sobre el tapete un debate a todas luces necesario por cuanto aborda el problema más acuciante que por décadas ha afectado al sistema de salud tanto en su componente público, como en el privado”.

“Hoy por hoy -añadió- nadie pone en tela de juicio la afirmación de que la salud en Chile vive una profunda crisis (…) falta de personal, mala calidad de atención, listas de espera, colas de madrugada, colapsos en servicios de urgencia, enfermos hospitalizados en pasillos, entre otros, son el fiel reflejo de una realidad ante la cual lo que se ha hecho por sucesivos gobiernos ha sido del todo insuficiente y exige por ende, un abordaje en serio”, dijo Maturana.

“El problema fundamental que se debe resolver en primer lugar es el del financiamiento de la salud. Si bien se puede concordar con argumentos tales como que existen serios problemas de gestión en la salud pública, excusa planteada reiteradamente sobre todo por representantes de la Alianza por Chile para negarse a incrementar en monto suficiente el presupuesto destinado a consultorios y hospitales, lo que no se puede negar es que en Chile los recursos destinados a la salud del 80% de la población dependiente de lo público, está lejos de las necesidades básicas del sector y las cifras son elocuentes”, expresó el presidente de la Confusam.

Agregó que “con un 50% del total del gasto en salud del país, el ámbito público debe atender al 80% de la población y, con lo restante, se atiende el 20% de mayores ingresos y, en materia presupuestaria, el aporte fiscal a salud llega apenas al 1.8% del PIB, lejos del aporte previo a la dictadura militar del orden de más del 3% del PIB, debiendo además recordar que durante el régimen de Pinochet, la salud pública fue sometida a un castigo inclemente reduciendo el aporte fiscal a niveles críticos de menos del 1% del PIB que fue el presupuesto que se heredó a Patricio Aylwin. Con tales condiciones financieras es de un cinismo mayúsculo exigir que el sector público atienda bien a sus millones de usuarios”, sostuvo Maturana.

El dirigente dijo que “nos hacemos cargo de que ya hubo en Chile una ‘Reforma Sanitaria’ aprobada en el Gobierno de Ricardo Lagos y cuya expresión más celebrada fue el AUGE. Sobre el particular, sólo señalar que a raíz de esa mentada reforma, hoy el sector público entrega cada año a prestadores privados más de US 1000 millones por concepto de prestaciones que no se hacen en lo público porque sus recursos escasos no lo permiten”.

Maturana agregó que “claramente Chile necesita una profunda Reforma Sanitaria inspirada en la obligación del Estado de atender la salud de la gente, entendida ésta como un derecho humano esencial y que requiere, por ende, garantizar la suficiencia del aporte estatal para cubrir las necesidades de millones de personas cuyos escasos ingresos obligan a su atención en hospitales y consultorios públicos. Por ello, sin entrar a fondo en el debate sobre los planteamientos del Fonasa, consideramos que ellos constituyen una oportunidad para dar el debate a fondo y resolver de una buena vez el drama de la salud de la gente”.