El 1954, dos científicos estadounidenses dieron con el diagnóstico de un problema que, como entonces y ahora, acumula tabúes y miradas incómodas, pero que podría ser más común de lo que se cree.

Se trata de la paruresis o también llamado ‘síndrome de vejiga tímida’, el cual es usado para denominar una dificultad de tipo psicológico que impide orinar con normalidad cuando se está en presencia de otras personas, acentuándose en situaciones propias de un baño público.

En primera instancia, la investigación, publicada en el Journal of General Psychology, estableció que un 14% de la muestra -estudiantes norteamericanos- declaró tener problemas al orinar ‘en compañía’, aunque esta cifra cambia en otros escritos, señala el portal AgenciaSinc, pues más tarde los números arrojaron un 2,8% y hasta un 25% de personas con paruresis.

Aún no se conoce con certeza qué es lo que provoca el trastorno, pero, en base a los testimonios, se ha concluido que a los hombres les incomoda lo que pudiesen ver en el urinario de al lado y a las mujeres lo que escucharían en la cabina más próxima.

Ello, sumado al fastidio que podría traer para el olfato los olores propios de un baño de uso común en una tienda, trabajo o universidad, entre otros espacios compartidos.

Sin embargo existe tratamiento, y el investigador Steven Soifer, quien padece paruresis, publicó un libro al respecto en 2001 titulado ‘Síndrome de Vejiga Tímida: Tu Guía Paso a Paso para Superar la Paruresis’.

“Me involucré porque he tenido el problema desde la adolescencia y no había un tratamiento que pudiera encontrar. Desarrollé el método de tratamiento que usamos en nuestros talleres, basado en técnicas de CBT, con un colega”, detalló al portal de ciencia.

Según él y otros expertos, el ‘síndrome de la vejiga tímida’ causa comúnmente retraso en el flujo de orina, no obstante en los casos extremos se traduce en una imposibilidad absoluta de orinar fuera de casa, situación en la que se recomienda -inmediatamente- pedir ayuda profesional.