Hasta las afueras del palacio de La Moneda en Santiago, llegó la particular campaña que inició Greenpeace a nivel mundial con minifiguras de lego para pedir que el acuerdo que mantienen las compañías de Lego y Shell se disuelva.

Desde 2012 Shell ha enfrentado fuertes críticas por parte de ONG ambientalistas, quienes han reclamado por el Programa de Perforación del Ártico que mantiene la empresa para la búsqueda de petróleo. Greenpeace asegura que con este acuerdo la compañía sólo quiere neutralizar la controversia.

En un comunicado de la organización ambientalista informó que Lego está fabricando juguetes con la marca de la gasolinera impresa, para luego venderlas en las bencineras. Según el documento “Lego está siendo utilizada para limpiar la imagen de la petrolera”.

Matías Asún, director de Greenpeace en Chile explicó que Shell “no es un compañero de juego apropiado”, explicando que “Lego debe romper en forma inmediata sus acuerdos con la petrolera para demostrar su compromiso con un futuro sostenible”.

Agregó que la gasolinera “entra en el cuarto de juegos y Lego les deja, anteponiendo beneficios al medio ambiente y al futuro de los niños y niñas que juegan con sus juguetes”.

Por último se estimó que las ganancias que ha dejado el acuerdo ascienden a 116 millones de dólares de inversión en relaciones públicas y que la empresa logró un incremento en las ventas globales del 7,5% durante la promoción.

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