La policía de Rio de Janeiro informó que detuvo este sábado a ocho personas acusadas de revender entradas para partidos de la Copa del Mundo por encima de su valor oficial en los alrededores del estadio Maracaná, donde se disputarán siete partidos del Mundial.

Los ocho detenidos son trabajadores del consorcio de empresas encargado de la multimillonaria reforma del famoso estadio de Rio, que ya acogió la final de la Copa de 1950 y volverá a albergar el último partido de la competición continental el próximo 13 de julio.

Los arrestados están acusados de intentar vender entradas para varios de los partidos de la primera fase que se disputarán en Rio, entre ellos el Francia-Ecuador, el Argentina-Bosnia y el Bélgica-Rusia.

“Estaban siendo observados y fueron pillados in fraganti tratando de vender entradas por 400 reales (unos 170 dólares)”, alrededor del doble de su valor original, informó un portavoz de la policía.

En marzo, la FIFA, que ha vendido más de tres millones de entradas para la competición que tendrá lugar entre el 12 de junio y el 13 de julio en Brasil, afirmó que sería capaz de rastrear el camino recorrido por una entrada hasta su comprador final, y advirtió a sus revendedores que serían detenidos.

“Podemos seguir cada entrada hasta la persona que la compró. Estamos monitoreando lo que pasa alrededor del estadio”, dijo entonces el director de Marketing de la FIFA, Thierry Weil.

“Si usted no va a poder venir al parido, venda [su entrada] en la plataforma de FIFA.com”, instó Weil a todo aquél que no pudiera utilizar la entrada adquirida a través del sitio web del organismo internacional.

En el mismo sentido, añadió que el máximo organismo del fútbol estaba trabajando estrechamente con el gobierno brasileño para atrapar a los revendedores de entradas.