Mary Soames, la última hija que sobrevivía del ex primer ministro Winston Churchill, murió el sábado a la edad de 91 años, anunció este domingo la familia.

La baronesa murió en paz en su domicilio el sábado, rodeada de sus familiares, después de una breve enfermedad.

Era la menor de los cinco hijos del líder británico durante la Segunda Guerra Mundial. Se casó con el político conservador el barón Christopher Soames, con el que tuvo tres hijos y dos hijas.

Su marido, también fallecido, fue secretario de guerra británico y embajador en Francia, comisario europeo y el último gobernador británico de Rodesia del Sur, antes de convertirse en Zimbabue.

El parlamentario conservador Nicholas Soames, uno de sus hijos, rindió homenaje a su madre. En la ocasión manifestó que “Era una mujer verdaderamente destacable y extraordinaria, que tuvo una vida muy distinguida”.

“No fue solo una madre maravillosa sino que fue la cabeza y el corazón de nuestra familia cuando murió nuestro padre y la echaremos mucho de menos. Fue una escritora distinguida que tuvo una vida distinguida, con su labor durante la guerra, y forma parte de esa generación que está desapareciendo”, añadió.

“La coincidencia en el tiempo es extraordinaria. Justo antes del aniversario del desembarco de Normandía muere la última hija que sobrevivía de Churchill”, concluyó.

Churchill murió a los 90 años en 1965. Fue el primer ministro británico en tiempos de guerra, entre 1940 y 1945, y de nuevo en tiempos de paz, entre 1951 y 1955.

Mary Churchill trabajó para la Cruz Roja y para el Servicio de Mujeres Voluntarias entre 1939 y 1941. Se sumó al Servicio Territorial Auxiliario con el que sirvió en Londres, Bélgica y Alemania en grupos mixtos.

También acompañó a su padre como ayudante en varios de sus viajes al extranjero, incluida la conferencia de Postdam de 1945. En ella, tras la victoria aliada en Europa, Churchill, el presidente estadounidense Harry S. Truman y el líder soviético Joseph Stalin dividieeron la Alemania y la Polonia de postguerra.

Era celebrada por su entrega a los servicios públicos, ya que trabajó en varias organizaciones y presidió el Royal National Theatre.

Escribió una aclamada biografía de su madre, Clementine Churchill, en 1979, con el que ganó el premio Wolfson, y sus memorias.