Desde el Ministerio del Medio Ambiente comprometieron su apoyo a analizar los estudios de impacto en la comuna de Tierra Amarilla, producto de la grave contaminación que provendría de la empresa minera Candelaria. La firma está en la zona hace dos décadas y pretende quedarse por otros 17 años más.

Fue ante la solicitud de extensión del permiso medioambiental que realizó la empresa al Gobierno, que el alcalde Osvaldo Delgado se acercó al titular de la cartera, Pablo Badenier, con la intención de que sea rechazada. Además, pidió que Candelaria sea sancionada y multada por los graves daños que causó en la zona.

Cerca del 60% de las viviendas en la comuna de Tierra Amarilla tienen fisuras o grietas producto de las tronaduras ilegales, que asegura el alcalde “se producen todos los días”. Delgado señala que la minera “produce polvo en suspensión, hundimientos y contaminación de las aguas”.

El municipio encargó un estudio medioambiental, el que reveló que la tierra tiene altos grados de minerales tóxicos para la salud.

El ministro Badenier se comprometió a ser un puente con el Servicio de Evaluación Ambiental.

Esta minera de cobre es una de las más grandes del país, es casi dos tercios el tamaño de Chuquicamata y gastaría “500 litros de agua por segundo”, asegura el ex diputado por la zona, Jaime Mulet, quien ha sido uno de los principales opositores a que la empresa siga extrayendo mineral.

Mulet señaló que las denuncias se han realizado desde enero al Servicio Nacional de Geología y Minería, pero no han tenido respuesta.

Mulet aseguró que en ningún gobierno le han dado la importancia a la contaminación de Tierra Amarilla, que según él “es más grave que en Puchuncaví y Huasco”.