El sacerdote Gerardo Joannon envió una carta al diario El Mercurio, en la que pidió perdón a los afectados por los procesos de adopción irregular en los que reconoció participar durante las décadas de los ’70 y ’80. Recordemos que muchos de éstos se hicieron sin el consentimiento de los progenitores.

“La razón de mi actuar ha sido invariablemente el proteger la vida. Sin embargo, el sufrimiento en que se encuentran algunas personas es algo que me golpea y solidarizo profundamente con ellas. Pido perdón si algunas de mis acciones generaron y siguen generando dolor durante tantos años a los afectados”, señaló en la misiva

Según Joannon, durante sus años de trabajo pastoral, apoyó a familias que pasaban por momentos difíciles, “quienes confiaron en mí para orientarlos en situaciones de vida muy duras”.

Además, dijo que estaba dispuesto a colaborar “en las instancias que correspondan -sean organismos eclesiásticos o judiciales- se puedan esclarecer los hechos”.

“Claramente, soy el primer interesado en que todo se solucione, y para eso ofrezco mi total disposición a colaborar”, indicó.

En la declaración publicada este domingo, Joannon expresó que espera “que se conozca la verdad para que todos podamos encontrar la paz que buscamos”.

Recordemos que en abril pasado, en entrevista con Ciper Chile, el religioso confirmó lo denunciado por el mismo medio, respecto a bebés que habrían sido dados por muertos, pero que en realidad fueron entregados en adopción, tras engañar a las jóvenes madres que por lo general eran solteras “de buena familia”.

En esa oportunidad, Joannon aseguró que en la mayoría de los casos, los padres de las mujeres que daban a luz eran quienes, por distintas razones, pedían ayuda para llevar a cabo el proceso irregular, haciéndoles creer a sus hijas que los lactantes habían nacido muertos. En tanto, también hubo ocasiones en que las propias jóvenes no habrían querido hacerse cargo de los menores.

Además, el cura dio a conocer que al menos 10 ginecólogos colaboraron en estos procedimientos, en los cuales él “hacía el contacto a las familias con el doctor”, según declaró.