Para algunas personas es sencillo acostarse y levantarse temprano, mientras otras se sienten más activas en la noche y por ende, suelen dormirse y despertarse muy tarde.

Según Suzanne Sadedin, doctora en biología teórica de Monash University de Australia afirmó en el portal de conocimientos Quora, que el ciclo de sueño está regulado principalmente por “relojes circadianos que impulsan las fluctuaciones rítmicas en los niveles hormonales”.

“Así es como funciona. Tus ojos contienen células fotosensibles especiales que se remontan a tu hipotálamo (parte del cerebro). Cuando la luz toca los ojos, estas células alertan al hipotálamo, que utiliza la información para decidir si es de día en un ciclo de aproximadamente 24 horas. Cuando tu hipotálamo decide que es de noche, le dice a la glándula pineal que secrete melatonina. Y la melatonina induce el sueño”, explica.

Sin embargo, la iluminación artificial durante la noche confunde a tu hipotálamo”, señaló y añadió que éste “trata de corregir haciéndote dormir más tiempo en la mañana”.

Además, algunas personas suelen cerrar las cortinas impidiendo que entre la luz, confundiendo al hipotálamo más aún. “Esa noche, tu hipotálamo se pega a tu nuevo horario, por lo que te da sueño después”, indica.

Por eso, mantener las luces encendidas hasta más tarde, hace que se desplace tu ciclo de sueño.

Con esto, Sadedin concluye que nuestro reloj natural no es tan confiable, porque somos muy dependientes de la iluminación para que sea exacto.

“Por cierto, los relojes circadianos también disminuyen el ritmo cardíaco, bajan tu temperatura corporal y reducen los niveles de cortisol (hormona del estrés) cada noche. De hecho, la investigación reciente muestra que arruinar el reloj circadiano interrumpe la función de más de 1.000 genes”, señaló la profesional.

Suzanne también asegura que “los patrones modernos de sueño son muy poco naturales, como resultado de la prevalencia de la iluminación artificial y la privación crónica del sueño”.

Eso sí no se descarta que exista un componente genético que haga más propenso a ser madrugador o noctámbulo. “Los estudios de imágenes cerebrales muestran diferencias consistentes entre estos grupos. Los noctámbulos son más propensos a la depresión, el consumo de drogas, y el insomnio. En la parte positiva, son mejores en el razonamiento, más productivos, más ricos y tienen más éxito profesional”, indicó.

“Así que si eres un ave nocturna, rodeado de madrugadores, no dejes que te intimide un ciclo que simplemente no puedes adaptar a tu fisiología. Mantén el ritmo circadiano (bastante) estable y duerme lo suficiente”, puntualiza la experta, agregando que eso es lo importante y no la hora en que te duermes.