Los diputados españoles se disponen a dar un “no” general este martes al proyecto de referéndum sobre la independencia de Cataluña, que el Gobierno autonómico quiere organizar el 9 de noviembre, empujados por un fuerte apoyo de la opinión pública.

“Si dicen no, dirán no a una ley, pero no podrán parar la voluntad del pueblo de Cataluña”, dijo el domingo, en un nuevo gesto de desafío, el presidente catalán, Artur Mas.

Dicho de otro modo, las fuerzas nacionalistas e independentistas, mayoría desde 2012 en el Parlament [parlamento regional catalán] y unidas para organizar el referéndum, están dispuestas a seguir adelante con el proceso soberanista pese al rechazo de Madrid.

El 9 de noviembre, “votaremos. No renunciaremos a la consulta porque está en juego nuestra dignidad, la dignidad de Cataluña”, afirmó Carme Forcadell, presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), una potente asociación proindependentista, organizadora de las grandes manifestaciones que desde hace dos años tienen lugar el 11 de septiembre, el día de Cataluña.

La ANC anunció el pasado fin de semana un calendario que debía llevar a la proclamación de la independencia, aunque fuera unilateral, a más tardar el 23 de abril de 2015, día de Sant Jordi, patrón de los catalanes.

Este movimiento prevé una nueva demostración de fuerza el próximo 11 de septiembre, llenando dos grandes avenidas de Barcelona para formar la V de la victoria, justo un año antes de la fecha fijada para una posible consulta sobre una Constitución catalana, siempre según su hoja de ruta.

Frente a esta presión creciente, el Gobierno conservador español afirma que el referéndum del 9 de noviembre no tendrá lugar, especialmente tras el veredicto del 25 de marzo del Tribunal Constitucional, que reconocía el “derecho a decidir” del pueblo catalán, pero sólo dentro de los marcos constitucionales.

UN ERROR HISTÓRICO

Los diputados del gobernante Partido Popular, junto a los socialistas y los del partido centrista UPyD, rechazarán con amplia mayoría la petición del Parlamento catalán de que le sea transferida la competencia para organizar el referéndum, tras un debate en el Congreso de los Diputados.

En el hemiciclo, el proyecto será defendido por los representantes de CiU, la coalición nacionalista de Artur Mas, los del partido independentista ERC y los ecocomunistas de ICV, aunque el presidente regional catalán no acudirá a la sesión.

“Creo que tienen una oportunidad histórica de enmendar algunos errores que ha habido desde el Estado hacia Cataluña”, afirmó Jordi Turull, portavoz de CiU.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmó el lunes que desea que la crisis se resuelva con diálogo: “no se me ha pasado por la imaginación otra cosa. Yo creo que hay que hablar”.

La víspera, la número dos del PP, María Dolores de Cospedal, repetía que “la soberanía no se puede negociar y no se puede trocear”, añadiendo que “sobre España y sobre los españoles, deciden todos los españoles”.

El 9 de noviembre, los catalanes estarán invitados a responder esta doble pregunta: “¿Quiere usted que Cataluña sea un Estado?” y en caso afirmativo, “¿Quiere que sea un Estado independiente?”.

Esta consulta, si tiene lugar, marcará un punto de inflexión en la presión nacionalista de políticos y ciudadanos de esta región de 7,5 millones de habitantes, defensora feroz de su lengua y de su cultura, donde los desencuentros con el Gobierno central se han visto aumentados con la crisis económica.

Fronteriza con Francia y abierta al Mediterráneo, esta región industrial, duramente golpeada por la crisis [su deuda pública a finales de 2013 era la más alta de España en montante bruto, con 57.146 millones de euros], reprocha sobre todo al Gobierno central no redistribuir de forma equitativa la riqueza y reclama una mayor autonomía fiscal.

En este contexto, la expresión del sentimiento naconalista ha ganado en amplitud, con ocasión por ejemplo de la Diada, el día de Cataluña, que conmemora la fecha de la toma de Barcelona el 11 de septiembre de 1714 por las tropas franco-españolas de Felipe V, de la que este año se celebra el tercer centenario.