Tomar una siesta tiene beneficios que han sido destacados por especialistas, gracias a que mejora la concentración y productividad, junto con reducir el estrés. Incluso expertos de la Universidad de Atenas descubrieron que dormir durante el día reduce las posibilidades de sufrir un ataque cardíaco.

Sin embargo, para que la siesta sea beneficiosa debe cumplir ciertos requisitos, enumerados en un extenso artículo publicado por The Huffington Post.

Según el director del Instituto de Medicina del Sueño, Jesús Escribá, una siesta entre 20 y 30 es suficiente para descansar. No obstante, advierte que “si lo que se pretende es mejorar el rendimiento cognitivo o aprendizaje sería más beneficiosa una siesta de 90 minutos porque en esa se llega al sueño REM, que es cuando se consolida lo asimilado”.

El especialista además recalca que se debe imitar en lo posible el sueño de noche, con una habitación a oscuras o usando un antifaz. Y durante ese periodo lo recomendable es buscar el silencio, y no con el televisor encendido, puesto que las imágenes y el ruido de una película provoca que el cerebro no descanse como lo haría si no hubiese ruido.

En ese sentido, Escribá señala que lo recomendable es dormir tumbado y no sentado en un sillón. “El sofá no es un buen sitio para dormir. Si lo hacemos es porque nos da pereza levantarnos y aprovechar una puntual inercial del sueño”, recalca.

Pero además, la siesta no debe pasar más allá de las cuatro de la tarde, ni antes de las doce del día. Según el director del Instituto de Medicina del Sueño, “antes de las 12 está muy cerca de cuando te has levantado y después de las cuatro está muy cerca de cuando quieres acostarte y disminuye la inercia del sueño nocturno”.

Por otro lado, el doctor James Maas asegura en su libro Sleep for Success! que es recomendable anotar tareas pendientes para dejar la mente en blanco y descansar sin la preocupación propia de actividades por realizar.

Y si bien se recomienda apagar el teléfono celular para evitar llamadas o mensajes molestos, la autora del libro Snooze … or Lose!, Helene Emselle, aconseja dejar una alarma para evitar exceder el tiempo recomendable de siesta.