Muchos creen que para ser buen bailarín se requiere una anatomía delgada y liviana, pero Whitney Thore ha demostrado que no es así.

La bloguera y productora de radio estadounidense comenzó en la danza cuando tenía sólo 4 años y ya estaba dando clases de baile a los 16. Sin embargo, luego dejó esta actividad cuando entró a la universidad y comenzó a ganar mucho peso sin razón aparente.

Thore señaló a Huffington Post que cuando se graduó de la educación superior le diagnosticaron ovario poliquístico y se fue a vivir a Corea, donde subió 90 kilos. En ese momento, ella podía bailar en clubes o en una fiesta, pero pensaba que nunca más podría hacer clases o presentarse en público.

No obstante, todo cambió cuando Jared Pike, uno de los anfitriones de la radio donde Thore trabaja, le sugirió hacer una serie de videos, que llamaron “Dancing Fat Girl” (Chica gorda bailando).

Fue así como Thore comenzó una lucha no sólo para demostrar que el peso no es un impedimento para bailar, sino que también para promover la aceptación del cuerpo e inspirar a otras mujeres.

“Estoy totalmente dedicada a apoyar a otras mujeres a deshacerse de la vergüenza, demostrando que no me avergüenzo de mi cuerpo”, expresó.

http://youtu.be/Tbcoh5hre74

Pero Whitney no es la única mujer que ha demostrado que las chicas “rellenitas” también pueden ser excelentes bailarinas. La actriz Amber Riley -conocida por su rol en “Glee”- sorprendió con sus habilidades para la danza en el programa estadounidense “Dancing With the Stars”, donde se coronó ganadora.

http://youtu.be/sYcI0igCObc?t=1m21s