Probablemente más de alguna vez te han dicho que hablaste dormido/a, y puede que hasta te hayas preocupado por lo que dijiste con el temor de haber dicho algo vergonzoso. Sin embargo, pese a que no es un problema médico, sí trae consecuencias negativas en caso de compartir una habitación con alguien más.

Aunque la mayoría de las veces no nos damos cuenta, hablar mientras dormimos es algo más frecuente de lo que pensamos. Conocido como somniloquía, este es un trastorno de la conducta que se produce durante el sueño y que afecta a un 80% de niños y adolescentes, reduciéndose un poco el número de personas adultas, sobre todo en mujeres.

Es un trastorno que no es peligroso y que no provoca ningún problema físico en quienes lo padecen. En pocas palabras, es el acto que implica hablar en voz alta mientras estamos dormidos. Etimológicamente significa precisamente eso, “hablar dormido”, y se cree que no se trata de un problema de consecuencias médicas o psicológicas, según señala la doctora en Psicología, Shelby Freedman Harris.

Los desencadenantes más comunes de este trastorno son la falta de sueño, el consumo de alcohol y drogas, fiebre, el aumento del estrés, la ansiedad y la depresión. También es visto como un síntoma en el contexto de otros trastornos del sueño como las pesadillas, despertar en un estado confuso, el sonambulismo, la apnea del sueño y el trastorno del comportamiento REM (Rapid Eye Movement/Movimiento Ocular Rápido).

Freedman asegura que la somniloquía no ha sido muy estudiada por no tratarse de un problema para la salud, sin embargo, se ha detectado que lo que decimos en sueños no tiene ninguna importancia y en ningún caso se trata de exponer nuestro subconsciente a nuestro compañero de cama o habitación, que es lo que mucha gente piensa y que deriva en muchos problemas de pareja.

Y es que esto último es lo que ha generado más de un malentendido en las relaciones. No sólo por lo que uno pueda decir mientras duerme, sino porque se trata de una situación molesta que puede impedir el descanso de quien está a nuestro lado, tal como pasa con los ronquidos.

En ocasiones, esta situación ha llevado a quienes padecen de somniloquía, a hablar con especialistas para descartar cualquier otro trastorno médico o psiquiátrico. Sin embargo, para no generar un mayor conflicto, muchos terminan durmiendo en habitaciones separadas, con la finalidad de no interrumpir el sueño del otro.

Cabe señalar que el sonambulismo y el bruxismo (rechinamiento de los dientes) también son algunos trastornos similares que siguen esta línea.

Y tú, ¿hablas dormido? ¿Alguna vez te han dicho que lo haces?