El entrenador de fitness estadounidense Drew Manning realizó un particular experimento que presentó en el programa “Good Morning America” esta semana.

Manning sorprendió a la audiencia tras mostrar que había perdido los 30 kilos que deliberadamente ganó 6 meses antes, como parte de un desafío.

Sin embargo, aunque el cuerpo de este hombre volvió a estar tonificado, su forma de pensar cambió completamente.

Según CNN Internacional, este personal trainer siempre pensó que la gente que tenía sobrepeso era floja, ya que para él era natural hacer ejercicio, pasar horas en el gimnasio o beber un batido de espinacas en lugar de un helado.

Su mujer, Lynn, dijo que Manning era muy “crítico” con la gente con kilos de más. “Él miraba a alguien que tenía sobrepeso y decía: ‘Debe ser realmente flojo”, contó.

“Estaba convencido que la gente utilizaba la genética o excusas similares como una muleta”, escribió el entrenador en su nuevo libro,“Fit2Fat2Fit”.

Sin embargo, ese punto de vista no ayudaba a Manning a entender a sus clientes. Cuando falló una vez más en el intento de llevar a alguien “hacia el lado de la luz”, supo que algo andaba mal. Por ello, con el fin de ponerse en el lugar de los otros, decidió someterse al experimento.

Fue así como renunció al gimnasio y comenzó a consumir comida chatarra, y bebidas gaseosas. En sólo seis meses, pasó de pesar 87,4 kilos con una cintura de 86 centímetros a 116,1 kilos con una cintura de 120 centímetros.

Pero el cambio físico no fue el único que experimentó. Lynn vio cómo su marido comenzó a estar más cansado, dejó de ayudar en la casa y tenía menos de ganas de jugar con su hija de 2 años.

Además, se volvió inseguro. Constantemente hablaba de lo horrible que se veía. Manning dice que no se dio cuenta que los efectos del sobrepeso no son sólo físicos y que también alteraban su forma de relacionarse y su confianza en sí mismo.

Cuando debió regresar al gimnasio para volver a estar en forma, fue una verdadera tortura. Sentía que era humillante realizar flexiones. Junto con ello, sufrió dolores de cabeza por la privación de alimentos y bebidas gaseosas.

“Lo más importante es que aprendí que no se trata sólo de lo físico. No es sólo sobre el plan de alimentación y los entrenamientos. La clave está en lo mental y los problemas emocionales. Me di cuenta que esos problemas son reales”, explicó.

Aunque sabe que es difícil, siente que con esto aprendió a ponerse en el lugar de sus clientes, y darles consejos para superar las adversidades en el camino a bajar de peso.

Su experimento fue criticado por algunos expertos que señalaron que era muy peligroso, pues su presión arterial y el colesterol se dispararon con este aumento de peso explosivo.

Lynn, por su parte, señala que aunque pueda parecer cruel, le gusta que su marido pasara por esto. “Me gusta que esté humanizado”, señaló.

Fit2Fat2Fit

Fit2Fat2Fit