Cuatro heridos, incluidos dos niños, fue el saldo de una ola de violencia en la ciudad brasileña de Sao Luis (noreste) donde una comisaría fue tiroteada y cuatro buses incendiados en lo que las autoridades creen fue una acción ordenada por pandillas desde una prisión.

Los ataques se perpetraron el viernes de noche, después de una operación de la policía en el Complejo Penitenciario de Pedrinhas que buscaba combatir la violencia carcelaria, indicó el diario O Globo de este sábado.

“Sabemos quien lo mandó a hacer y quien ejecutó los ataques. Es cuestión de horas para aprehender a los ejecutores”, dijo Aluísio Mendes, secretario de Seguridad Pública de Maranhao, cuya capital es Sao Luis.

Ocho personas fueron detenidas por los crímenes, incluidos cuatro adolescentes, informó el sitio G1 de Globo. Uno de los sospechosos estuvo preso en Pedrinhas, desde donde la policía cree se ordenó el ataque.

En octubre pasado, ataques similares se produjeron después de que se llevaran a cabo operaciones policiales para controlar un motín en la cárcel que dejó 15 fallecidos. Entonces, cinco buses fueron incendiados y un policía resultó muerto.

Los cuatro heridos del viernes se produjeron en los incendios de los buses. Una niña de seis años está en estado grave con 90% de su cuerpo quemado. Su madre y hermana (un año y cuatro meses) también sufrieron quemaduras, pero están fuera de peligro. Otro hombre no identificado completa el cuadro de heridos, también en estado estable.

La comisaría fue tiroteada desde un auto.

La seguridad en la ciudad y en el penal fue reforzada desde la noche del viernes, aunque las líneas de bus redujeron su operación este sábado por temor a nuevos ataques.

En una nota, el gobierno de Maranhao dijo que “trabaja para garantizar la seguridad y tranquilidad de la población”.

En Pedrinhas murieron sólo el año pasado 59 internos.

A finales de 2012, el grupo criminal Primer Comando de la Capital (PCC), que opera desde las cárceles de Sao Paulo, orquestó una ola de violencia que dejó unos 300 muertos, varios de ellos policías, similar a otra que sacudió la ciudad en 2006 con autobuses quemados, ataques a edificios y asesinatos, también atribuido a este grupo criminal.

La población carcelaria de Brasil fue en 2012 de 515.500 personas, según cifras de la ONG Foro Brasileño de Seguridad Pública. Las cárceles brasileñas, superpobladas, tienen en promedio 1,7 presos por cada lugar disponible.