Duras críticas ha realizado el Gobierno al programa de la candidata presidencial del pacto Nueva Mayoría, Michelle Bachelet.

Los titulares de Segpres, Cristián Larroulet y de Hacienda, Felipe Larraín, han advertido que según sus datos, la caída del Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec), que en octubre fue de un 2.8% versus 4.8% meses anteriores, demuestran el freno que dio el sector empresarial ante el programa que anunció la ex presidenta.

Según el Gobierno y la Alianza, el descenso abrupto del Imacec demostraría el nerviosismo del sector inversor ante reformas como: eliminar el decreto ley 600, realizar una reforma tributaria o eliminar el fondo de unidades tributarias.

Además, advirtieron que el desenlace de este “frenazo económico” terminará perjudicando a los trabajadores al liquidar plazas de empleo.

La oposición evidentemente, salió a descartar dicho escenario y advirtió que se debe a una campaña del terror, dirigida desde La Moneda a 5 días del balotaje presidencial.

Pero lo cierto es que más que pensar en las elecciones del domingo 15, las críticas al programa de Bachelet ayudan más a la campaña del 2017 que a la de Evelyn Matthei. Esto lo digo pensando en que la agenda económica será la agenda que dejará como herencia Piñera y por ello será el punto de partida para la futura campaña de la Alianza en 4 años más.