Una cantidad creciente de jóvenes europeos parten para combatir en Siria en las filas de organizaciones cercanas a Al Qaida y representan un “potencial peligro” para los países de la Unión Europea y sus aliados, advirtieron el jueves en Bruselas los ministros de Interior francés, Manuel Valls, y belga, Joelle Milquet.

Entre 1.500 y 2.000 jóvenes europeos viajaron a Siria, según las estimaciones citadas por los dos ministros en una conferencia de prensa conjunta. En junio se estimaba que eran unos 600.

“Los belgas son entre 100 y 150, con variaciones”, precisó Milquet. “Más de 400 franceses están concernidos, de los cuales 184 están actualmente en Siria”, indicó por su parte Valls.

“Cuando el conflicto estalló en Siria, era difícil actuar ya que se trataba de combatir a un régimen condenado por todos”, indicó Valls.

La situación ahora cambió. “La mayoría de los individuos declaró su voluntad de combatir en las organizaciones cercanas a Al Qaida”, explicó.

“El fenómeno es particularmente preocupante”, insistieron los ministros.

Pero “no hay regresos masivos” de combatientes extranjeros, indicó Milquet. “Hoy no constatamos una amenaza directa contra nuestros países, nuestros intereses o ciudadanos”, reconoció por su parte Valls.

Francia y Bélgica coordinan las acciones de países europeos más afectados por este problema. Tres reuniones ministeriales fueron organizadas con sus homólogos británico, alemán, holandés, español, italiano, sueco y danés.

La última se llevó a cabo el miércoles en Bruselas y en ella participó el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Rand Beers, y sus homólogos canadiense y australiano.