Incontables son las modas absurdas que hemos visto en el último tiempo. Recordemos la cirugía coreana para dibujarse una sonrisa permanente en el rostro, o la operación láser para cambiarse las líneas de la palma de la mano, o las inyecciones de agua salada en la frente.

A estas tendencia, se suma una nueva que surgió en Estados Unidos y que consiste en incrustarse una joya en el ojo.

La curiosa cirugía la realiza Emil Chynn, quien realizó la primera intervención en Nueva York a una chica rusa de 25 años, llamada Lucy Luckayanko.

Arturo Trincado, oftalmólogo de la Clínica Ciudad del Mar, conversó con Bío Bío Valparaíso-Viña del Mar sobre los peligros de esta práctica.

“Esta moda se realiza hasta el momento por un único cirujano estadounidense que afirma que no es riesgosa, sin embargo, la Academia Americana de Oftalmología ya aseguró que si lo era”, dijo.

Trincado explicó que esta moda funciona incrustando en la parte superficial del ojo un titanio en forma de aro, algo así como un “piercing plano” en la parte lateral del ojo, que puede tener forma de corazón u otra.

Con respecto a la operación, detalló que “se realiza una incisión en la primera capa, la superficial, llamada conjuntiva, y luego otra en la segunda capa, la esclerótica, en la que va con un anclaje para que quede fija en el ojo y siga todos los movimientos de éste”.

Los riesgos de la peculiar moda son varios, el especialista dijo que “es un cuerpo extraño en el ojo, por lo que se pueden generar inflamaciones, sangrados, perforaciones del ojo y conjuntivis. aunque lo más peligroso es las infecciones que se pueden aparecer”.

“La operación no es dolorosa, aunque conlleva los riesgos de toda intervención. El hecho de acostumbrarse al objeto es similar al de unos lentes de contacto”, indicó el profesional, quien cree que esta cirugía es un riesgo innecesario.

Escucha la entrevista de “Hoy en La Radio” de Bío Bío de Valparaíso y Viña del Mar.