Los gobiernos han carecido de sintonía respecto a las problemáticas regionales, no dando la autonomía necesaria a sus autoridades. Santiago sigue siendo Chile.

Temas como salud, empleo y seguridad ciudadana son llevados a cifras que comprueban que, por falta de incentivos, la mayoría de la infraestructura, de los profesionales y técnicos, terminan en la capital en desmedro del resto del país.

Todo esto mientras, en período de campaña, la clase política enarbola las banderas de las regiones y encuestas como la CEP muestran que la mayor parte (73%) de los chilenos está a favor de políticas que fomenten la descentralización.