Los jueces encargados de juzgar al líder de los Hermanos Musulmanes egipcios se retiraron del caso por “objeción de conciencia” el martes, una semana antes de que se abra el juicio de otra importante figura islamista, el derrocado presidente Mohamed Mursi.

Los tres magistrados encargados de llevar el juicio del Guía Supremo de los Hermanos, Mohamed Badie, y de sus adjuntos por “incitación a asesinato” de manifestantes se retiraron del caso, postergando una vez más el juicio de los 35 acusados, que habrán de permanecer en arresto preventivo.

En esta segunda audiencia, y al igual que en la precedente, ninguno de los 35 acusados — entre ellos Badie y sus dos adjuntos en la dirección de la cofradía de Mursi, derrocado por el ejército a principios de julio — fue trasladado al tribunal.

El juicio de Badie, de sus adjuntos, Khairat al Shater y Rashad Bayumi, y de otros 32 islamistas, ya había sido aplazado a finales de agosto debido a que ningún acusado se había presentado ante el tribunal.

Los tres dirigentes se exponen a la pena de muerte por “complicidad” en el asesinato de ocho manifestantes anti-Mursi el pasado 30 de junio. Otros tres miembros de la cofradía están acusados de estos “asesinatos” y otros 29 militantes islamistas deben comparecer junto a ellos por haber participado, armados según la acusación, en los enfrentamientos.

El pasado 30 de junio, millones de manifestantes salieron a las calles para reclamar la renuncia de Mursi, el primer presidente elegido democráticamente en Egipto. El ejército se fundó en esta movilización para justificar su golpe de Estado contra Mursi.

“No hay ninguna prueba en estos casos”, declaró a la AFP Mohamed Damati, uno de los abogados de la Defensa, denunciando “un juicio político”, mientras familiares esgrimían fotos de las personas fallecidas. “Quiero ver colgados a Badie y Shater. Lucharé por los derechos de mi hijo”, dijo a la AFP Setohy Abdel Rahman, explicando que había perdido a su hijo de 15 años.

Pese a ser sumamente simbólico, el juicio de Badie y sus adjuntos podría quedar opacado por el de Mursi. El ex mandatario comparecerá a partir del 4 de noviembre ante un tribunal del distrito de El Cairo junto a otras 14 personas por “incitación al asesinato” de manifestantes el 5 de diciembre de 2012, cuando estaba en el poder.

Sus partidarios anunciaron el lunes que Mursi, derrocado y detenido por el ejército el 3 de julio, no reconoce la autoridad del tribunal que debe juzgarlo.

“Ningún abogado, egipcio o extranjero, defenderá al presidente Mohamed Mursi, porque el presidente no reconoce este juicio ni ninguna otra acción o proceso proveniente del golpe de Estado”, anunció en un comunicado la Alianza por la Democracia y contra el golpe de Estado, una coalición de partidarios de Mursi.

El ejército, que nombró un gobierno y un presidente interino tras el derrocamiento, mantiene detenido en un lugar secreto a Mursi.

Los Hermanos, que ya no movilizan a las multitudes que se manifestaban poco después del derrocamiento de Mursi, llaman a salir masivamente a la calle el día del juicio del ex mandatario. El gobierno afirmó que desplegará también masivamente a las fuerzas de seguridad. En este contexto, se temen nuevos actos de violencia.

Más de mil partidarios de Mursi fueron ultimados por la policía y el ejército desde la sangrienta dispersión de sus simpatizantes, el pasado 14 de agosto. Además, más de 2.000 Hermanos Musulmanes fueron detenidos.