La justicia ha dado su veredicto respecto del homicidio de Daniel Zamudio, un asesinato cometido en función de la orientación sexual de la víctima.

Las penas son ejemplares y no contemplan beneficios, por lo que los culpables deberán cumplir el presidio de manera efectiva.

El caso Zamudio se convirtió, probablemente, en uno de los más emblemáticos en la lucha contra la discriminación y la homofobia. También ha servido para mostrar que en nuestra sociedad cosas que antes pasaban sin pena ni gloria hoy se han convertido en inaceptables.

No ha sido fácil ni gratis. Basta señalar, por ejemplo, el incendio de la Discoteca Divine, el 4 de septiembre de 1993, donde murieron al menos 16 personas. Ese caso nunca se aclaró cabalmente.

En ese sentido, todo podría resumirse en la propia familia Zamudio, donde a Daniel no se le aceptaba, justamente por su orientación sexual. Su asesinato también los transformó.