¿Perderé el deseo sexual? ¿podrá darme depresión?, son preguntas frecuentes que se formulan las mujeres que deben ser intervenidas para extraerles el útero.

Pese a que la Histerectomía es la segunda intervención quirúrgica más común en las mujeres de edad fértil después de la cesárea, aún existe desconocimiento sobre las verdaderas consecuencias físicas y psicológicas que conlleva este procedimiento.

De acuerdo a un estudio publicado en 2009 por la Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología, las mujeres a las que se les ha extraído el útero las inunda el sentimiento de “pérdida”, lo que implica dolor, tristeza y soledad

Por lo tanto, los profesionales del área de la salud cumplen un importante rol tanto en la contención emocional, como también en la educación antes y después de la cirugía.

¿Por qué algunas mujeres deben someterse a una Histerectomía?

Patologías como: Cáncer de cuello uterino, de endometrio o de ovario; presencia de miomas uterinos; adenomiosis (engrosamiento del útero); endometriosis (tejido endometrial crece fuera del útero y causa dolor); prolapsos uterinos (desplazamiento del útero);y hemorragias obstétricas durante el parto o la cesárea, pueden requerir de una histerectomía.

Sin embargo, el ginecólogo Reinaldo González Ramos, especialista en medicina reproductiva y profesor asistente del Instituto de Investigaciones Materno Infantil de la Universidad de Chile, precisó que no todas las mujeres que padecen dichas enfermedades deben someterse a esta operación.

Es decir, se estudia cada caso en particular porque existen posibilidades de aplicar otros tratamientos. Sólo cuando éstos fracasan se recurre a la cirugía.

Cuando una paciente presenta estas dolencias es posible evitar esta intervención quirúrgica a través de tratamientos hormonales de tipo oral o inyectables, además de dispositivos intrauterinos. Pero, existen casos en que la histerectomía constituye la única solución.

En la actualidad existen tres tipos de Histerectomías: La de carácter total en que se extirpa tanto el útero como el cuello uterino. También está la subtotalque extrae sólo el útero y deja el cuello uterino. Y por último, en casos de cáncer son comunes las histerectomías de tipo radical. Aquí se extrae el útero, el cuello uterino, la parte superior de la vagina y sus tejidos de apoyo.

Existen casos en que a las pacientes también se les debe extraer los dos ovarios y las trompas de falopio. En este caso la intervención quirúrgica es denominada alpingo-oforectomía bilateral. Pero, en opinión del ginecólogo dicha operación no se practica de rutina porque debe ser evaluado caso a caso.

¿Qué consecuencias físicas trae a las pacientes esta operación?

El médico Reinaldo González Ramos explicó que la principal consecuencia física de la histerectomía son las cicatrices. Su aspecto depende del tipo de operación al que se someten. Por ejemplo, la histerectomía abdominal deja una cicatriz parecida a la cesárea.

La Laparoscópica (tras pequeñas incisiones en el abdomen se introduce un tubo delgado con una pequeña cámara) deja unas cicatrices menores de 5 milímetros en la pélvis y en el ombligo. Por último la vaginal sólo deja pequeñas marcas ocultas dentro de la vagina.

Respecto a las posibilidades de desarrollar incontinencia urinaria tras la operación, los estudios indican que puede afectar a las mujeres dos años después de la cirugía. Pero, el ginecólogo aseguró que son casos poco frecuentes.

Sin embargo, como cualquier cirugía mayor, la histerectomía no está exenta de complicaciones. Las más frecuentes (de un 5% a un 10%) son las infecciones, ya sea de herida operatoria o de cúpula vaginal.

Menos frecuentes (menores al 1%) son las lesiones de tracto urinario (vejiga o uréteres), lesiones intestinales o de nervios, hemorragias o hematomas. Además de apertura de cicatrices.

Las consecuencias físicas mencionadas anteriormente son las únicas que afectan a las mujeres. En este sentido el profesional explicó que la histerectomía no provoca pérdida o aumento del vello. También descartó que la aparición de arrugas en la piel se acelere en una mujer que se sometió a esta operación.

En los casos en que la extracción de útero va acompaña de la extirpación de ovarios (ooferectomía) se produce la menopausia adelantada. En estos casos la mujer experimenta bochornos, dolores de cabeza, disminuye la elasticidad de la piel o la lubricación vaginal. Pero, los síntomas se alivian con terapia de reemplazo hormonal.

¿Perderé el deseo sexual si me extirpan el útero?

“Perdí lo más mío, lo más de mujer que tenía”, “No seré más la misma mujer”, “Es muy triste como mujer, se pierde la esencia”, fueron respuestas que entregaron algunas pacientes que participaron en un estudio realizado por la Escuela de Enfermería de la Universidad Católica de Chile y publicado en la Revista Chilena de Ginecología.

En este sentido, la pérdida del deseo sexual es el principal temor de las mujeres. Desde principio de la humanidad el útero ha sido sinónimo de femineidad, sexualidad, reproducción y maternidad. La extracción de este órgano constituye la pérdida de una parte de la existencia.

Ante esta interrogante, el especialista Reinaldo González explicó que luego de la recuperación inmediata postiquirúrgica, aproximadamente después de 1 mes de la operación, el deseo y goce sexual suelen mejorar bastante, pues se ha eliminado la patología de base que causaba molestias , el dolor pélvico, hemorragias u otros síntomas.

Aseguró que es muy poco frecuente que tras este periodo la mujer experimente pérdida de deseo o disfunciones sexuales. Agregó que en estos casos es común que dichos trastornos existieran antes de la histerectomía.

Respecto a las conclusiones del estudio elaborado por profesionales de la Pontificia Universidad Católica destaca que “la pérdida que la mujer vive, y por lo tanto los sentimientos que ella refiere en relación a la extracción del útero, están asociados al rol que desarrolla en la sociedad, y por ende a las expectativas que se tienen de ellas en relación a tener hijos, ser madre y ser esposa”.

En este tema, el especialista de la unidad de medicina reproductiva de la Universidad de Chile explicó que será mucho más traumática esta cirugía para una mujer que padecía complicaciones obstétricas. Esto, porque limita su paridad sin haberlo programado.

El inicio de una etapa sin dolencias

“La Histerectomía se debe realizar en pacientes que presentan alguna enfermedad, la mayoría de las veces intratable con otros métodos no quirúrgicos. Es decir, se realiza por necesidad para curar o mejorar una enfermedad benigna o maligna. En consecuencia, otorga alivio y sanación a la paciente”, precisó el ginecólogo Reinaldo González.

El especialista aseguró que las pacientes actuales están muy bien informadas y preguntan todas las dudas respecto al tema. Comenta que pocas veces ve personas que crean mitos relacionados con la operación. Sin embargo reconoce que la principal consulta está relacionada con las disfunciones sexuales o los trastornos psiquiátricos.

En este sentido, el estudio publicado en la Revista Chilena de Ginecología concluyó que pese a los temores de las consecuencias de la operación, las mujeres valoran que ya no sienten más dolor.

“Me relajo, porque tenía mucho dolor, fue buena la operación”, ‘Tranquila… dejare de tener dolores”, “Esta perfecto, sino me podría venir un cáncer, no quiero morir”, fueron comentarios comunes entre las participantes de esta muestra.

Otro de los aspectos reconocidos positivamente por las pacientes y consignados en la investigación es la ausencia de menstruación. Debido a que previamente presentaban patologías, muchas de sus reglas eran dolorosas o extensas. Pero, también este “alivio” se asimila a la “pérdida de capacidad fértil”.

Desafíos para los profesionales de la salud

El ginecólogo egresado de la Universidad de Chile enfatizó que es importante consultar a médicos especialistas certificados y operarse en centros calificados o de prestigio.

Además se debe consultar por las distintas alternativas quirúrgicas según lo que convenga en cada caso. Por ejemplo si es necesaria una histerectomía total o subtotal, o si la paciente puede conservar los ovarios y las trompas de falopio. Además del método utilizado para realizar la cirugía (laparóspica, vaginal o abodominal).

En este sentido, el rol que cumplen los profesionales del área de la salud es muy importante para la recuperación de las pacientes. El estudio aplicado a 120 mujeres del Hospital Sotero del Río (entre 2003 y 2004) fue el primero que reveló el significado que tuvo en ellas una extracción de útero.

Éste concluyó que la histerectomía “No es la extracción de cualquier órgano. Es la extracción de un órgano que la mujer valora por el significado que ‘ella’ le ha dado, y no por el significado que pueda tener para el profesional que la atiende”

La investigación también insistió en la importancia de “Respetar a la mujer, acoger el dolor y propiciar el ambiente adecuado para contenerla y educarla, es lo que todo profesional de la salud debiera estar preparado a enfrentar.”

Y por último entregó una recomendación a los profesionales que participan en este proceso quirúrgico: “Si no se está disponible para asumir esta tarea, debiera ser delegada en otro especialista que si lo pueda y quiera hacer. Negar el significado que la mujer le da a esta cirugía no sería justo, ni mucho menos una correcta elección”.