Tras un encuentro con candidatos al Senado, para dar a conocer la Estrategia Regional, el intendente sepultó la tradición industrial del Gran Concepción y llamó a asumir el tránsito hacia una economía de servicios. Mientras Víctor Pérez y Jacqueline van Rysselberghe reconocen y comparten con empresarios y expertos el rezago del Bío Bío, que se arrastra por más de una década, el discurso del candidato de la oposición Camilo Escalona deja en duda su conocimiento de la realidad local.

Los datos están ahí. Pescadores sin recursos para subsistir y esperando bonos del Estado. Despidos encubiertos como salidas negociadas en una siderúrgica Huachipato sumida en la crisis y con una amenaza de cierre que nadie desmiente. Una tasa de desempleo regional que recién bajó del 8 por ciento al 7,4, aún más de punto sobre la media nacional, y con ciudades como Lota y Coronel con dos dígitos de cesantía.

A pesar de todos esos antecedentes, el intendente Víctor Lobos es optimista; critica a quienes no se dan cuenta -dice- que el escenario local es el mismo que se da en muchas partes del mundo, influenciado por factores exógenos como el bajo precio del dólar, el valor de los comodities y una costosa energía.

Por eso, sentencia, Lobos, el polo industrial que era la intercomuna está en vías de extinción, para ser reemplazado por un centro de servicios que sólo en el último año -aseguró- ha permitido crear 3.500 puestos de trabajo.

Por otro lado, y en lo que se ha quedado prácticamente en el discurso, el intendente ve para las provincias de Ñuble y Bío Bío, principalmente, un futuro como potencias alimentarias, ignorando que las únicas exportaciones regionales en esa área son los berries y manzanas.

Economistas dudarían de asegurar -como lo hace la autoridad regional- que el 10 por ciento de exportaciones agrícolas convierta a la región en una potencia alimentaria. El sector forestal -mayoritariamente con la celulosa- sigue liderando los envíos con un 80 por ciento.

Por su parte, quien aspira a representar la Circunscripción Costa como senador, contradijo al empresariado local, que se lamenta de la pobre mano de obra existente, ante la fuga de trabajadores calificados, en busca de mejores oportunidades.

Esto fue lo que dijo Camilo Escalona al respecto, destacando eso sí lo que nadie niega: la importancia del sector forestal.

Además, ignorando lo que ha sido el decadente oficio de las recolectoras de orilla desde 2010 principalmente, el candidato socialista aseguró que en las algas hay un nicho que explorar.

En esas mismas algas que mujeres de la caleta Lo Rojas y de la Provincia de Arauco aseguran han desaparecido por el cambio en la topografía del borde costero tras el terremoto y como consecuencia del funcionamiento de las termoeléctricas.

Quienes sí reconocen el retroceso de la Octava Región, que su mejor momento representó el 10 por ciento del PIB nacional, fueron Víctor Pérez Varela y Jacqueline van Rysselberghe.

Mientras la candidata a la Cámara Alta dijo que insistiría en la inversión pública, el senador propone la innovación como herramienta para levantar el Bío Bío.

Como lo ha hecho desde hace ya varias elecciones, la región espera que las autoridades que asuman en marzo próximo den el golpe de timón urgente que requiere el Bío Bío y tomen las decisiones correctas.

Sólo el sentido común dice que el proyecto impulsado por el gobierno para construir el anhelado Puente Industrial no sería acertado si el intendente Víctor Lobos asegura que el polo que un día fue el Gran Concepción desapareció.

Al menos -y en consecuencia con su diagnóstico- la máxima autoridad debería antes de dejar el cargo renombrar el viaducto.