Retomar la vida laboral después de un embarazo no es algo fácil, primero, porque cuesta desprendernos de nuestro bebé y, segundo, porque, de cierta manera, hemos perdido el ritmo que llevábamos en nuestro trabajo, sin contar el tema de los horarios.
Si aún no estás completamente decidida debes dar el primer paso: Haz una lista de los aspectos positivos de volver al trabajo (realización profesional, independencia económica, vida social activa, sentirte útil, etc.) y de quedarte en casa (dedicación exclusiva a los hijos, tiempo libre, etc.) y elige lo que consideres mejor.
Si tu opción es regresar al trabajo, a continuación te entregamos algunos consejos que te ayudarán a hacer más llevadera esta decisión:
-Prepárate para el trabajo. Anda poco a poco acomodando los horarios a los de la oficina, para que el cambio no sea tan drástico. También, días antes de tu regreso, comunícate con algún compañero de trabajo que sea de tu confianza, para que te vaya interiorizando sobre posibles cambios o temas importantes que hayan sucedido en la oficina.
-Asegúrate de dejar a tu bebé en manos de alguien en quien realmente confíes, ya que no es la idea que estés preocupada todo el día sobre cómo estará tu hijo.
-A tu regreso, procura agendar una reunión con tu jefe, de modo que vea que estás comprometida con tu trabajo y con toda la energía para recomenzar.
-Cumple tus horarios y no trabajes horas extras, para que puedas llegar temprano a disfrutar de los tuyos. También debes evitar llevarte trabajo para la casa.
Compatibilizar la vida laboral con la maternidad puede resultar pesado, sobre todo tomando en cuenta que en los primeros meses los bebés son muy demandantes, lo que te restará horas de sueño, pero sin duda, vale la pena.
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