La morosidad de los bancos españoles volvió a subir en mayo hasta el 11,21% del total de los créditos, en una señal persistente de la fragilidad del sector, ya puesta de relieve por Bruselas y el FMI, según cifras publicadas este jueves.

La morosidad, sobre todo procedente del sector inmobiliario (créditos a promotores y particulares que corren el riesgo de no ser devueltos), alcanzó los 170.225 millones de euros en mayo, es decir, 3.000 millones más que en abril, anunció el Banco de España.

Índice de la vulnerabilidad de los bancos, la morosidad empezó a subir en el balance de todas entidades financieras del país tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008. Ahora está cerca del nivel récord alcanzado en noviembre pasado (11,23%).

Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como la Comisión Europea recordaron recientemente el difícil contexto económico del país, inmerso en la recesión desde mediados de 2011.

“Los riesgos para la economía y por consecuente para el sector financiero siguen siendo elevados”, advirtió el FMI en un informe publicado el lunes, ya que la cuarta economía de la zona euro aún tiene que corregir varios desequilibrios, por medio de un saneamiento presupuestario, una rebaja de los precios de la vivienda y una disminución de la deuda privada.

En un informe publicado la semana anterior, la Comisión también había subrayado que hay “riesgos persistentes en un contexto de desempleo elevado (27,16%, NDLR), de contracción de la actividad, de una deuda privada en España y hacia el exterior aún importante y de una deuda pública que aumenta rápidamente”.

Aunque Bruselas y el FMI reconocen que el sector bancario español, que se benefició en 2012 de una ayuda europea de 41.300 millones de euros, es ahora más sólido, la Comisión recuerda que los bancos españoles todavía tienen que hacer frente a grandes desafíos debido a “los bajos tipos de interés y el aumento de la morosidad”.