Los casos de Carola Concha y Verónica Cosme, dos mujeres de Quellón que fallecieron en el último tiempo por presuntas negligencias médicas y que gatillaron el conflicto social en Chiloé, han relegado otros hechos donde ya se estableció la existencia de responsabilidades médicas.

La Justicia condenó al colapsado hospital de Quellón y al cuestionado Servicio de Salud Chiloé por una tijera alojada durante cinco años en el estómago de un hombre. A lo anterior se suma el alta médica que recibió otro paciente, a quien se le suministró Diazepam y el que fallecería horas después de un paro cardiorespiratorio.

El primero de estos casos se remonta a 2004. Bernardo Zumelzu, vecino de Quellón, fue intervenido en en el Hospital de su comuna durante ese año, pasando posteriormente al hospital provincial de Castro. En 2009, y tras cinco años de intensas molestias en el área de su abdomen, fue cuando quedó en evidencia el objeto de 25 centímetros de largo que había quedado alojado al interior de su cuerpo. Quien relata el hecho, fue el abogado que representa al afectado, Julio Álvarez.

El mismo profesional cuenta que otro de sus representados, Raúl Canobra, también fue víctima de una negligencia médica dos años antes, no corrió la misma suerte. Esto debido a que a menos de dos horas de haber sido dado de alta en el Hospital de Quellón, murió en su hogar debido a un paro cardiorespiratorio.

La situación ocurrió luego de que acudiera al ya en ese entonces colapsado recinto asistencial por fuertes molestias y dolores, recibiendo un diagnóstico menos grave al correspondiente, suministrándole sólo un tranquilizante ansiolítico.

Ante ambos casos, el Juzgado de Letras en lo Civil de Castro, dictó sentencia condenatoria el 23 de mayo contra el Hospital de Quellón, aparte del Servicio de Salud Chiloé, obligando el pago de $12 millones.

Casos como éstos reafirman el pliego de peticiones de la Asamblea Social de Quellón que, si bien llegó a un primer acuerdo con el ministro de Salud, Jaime Mañalich, permanecerá atenta para denunciar posibles nuevas negligencias a la espera de recibir una salud de calidad y oportuna.