Los paquistaníes acudían este sábado a las urnas para participar en unas elecciones legislativas históricas para la consolidación democrática de esta potencia nuclear, desafiando las amenazas de los talibanes y una oleada de violencia que ya causó 17 muertos en una jornada electoral salpicada por acusaciones de fraude.

El Jamaat-e-islami (JI, islamista) y el Movimiento por la Justicia (PTI, derecha), de la antigua estrella del cricket Imran Khan, acusaron el sábado al MQM, el primer partido político de Karakchi (sur) y miembro de la coalición saliente, de fraude durante las legislativas y el JI anunció que boicotea los comicios en la ciudad y en otras grandes localidades del sur del país.

“Son falsas elecciones, miembros armados del MQM aterrorizan a la población local y amañan los resultados”, acusó Muhamad Husain Mehanti, alto responsable de la JI durante una conferencia de prensa. Arif Alvi, alto responsable del PTI, evocó por su parte “fraudes masivos” a favor del MQM.

La participación era “alentadora” a mediodía, del 30%, indicó a la AFP un alto responsable de la comisión electoral, quien espera una tasa final de participación en torno al 60%, en fuerte progresión respecto a las últimas elecciones de 2008, en las que la participación fue del 44%.

En los anteriores comicios, en 2008, resultaron electos partidos progresistas pero ahora los pronósticos se inclinan hacia la centroderechista Liga Musulmana (PML-N) del magnate del acero Nawaz Sharif que ya fue primer ministro en dos ocasiones durante los años 1990.

Sin embargo, los resultados del PTI de Khan alimentan las especulaciones. Khan, sensación de la campaña, disfruta de un movimiento de simpatía desde que esta semana se fracturó las vértebras al caerse desde varios metros de altura durante un mitin.

“Queremos un cambio, no podemos más con estos viejos políticos que en cada ocasión vuelven al poder y no hacen nada por el país. Votaré por Imran Khan ya que es joven, enérgico y quiere cambiar las cosas eliminando la corrupción”, declaró a la AFP Abdul Satar, de 74 años, que acudió a votar a primera hora a Islamabad.

Más de 86 millones de personas están habilitadas a votar para designar a 342 diputados y a representantes en cuatro asambleas provinciales de Pakistán.

Estas elecciones son históricas ya que permitirán a un gobierno civil pasar el testigo a otro después de haber llegado al final de un mandato de cinco años, toda una novedad en este país creado en 1947 y con una historia marcada por golpes de Estado.

“Acabar con el clima de miedo”

Más de 130 personas murieron durante esta campaña electoral considerada por los observadores como la más mortífera de la historia del país, unos episodios violentos reivindicados en gran parte por el Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP) opuestos al proceso democrático que consideran “no islámico”.

El TTP anunció una cascada de ataques para el día de la votación, cuando más de 600.000 miembros de las fuerzas de seguridad están encargados de proteger los colegios electorales. Dos horas después del comienzo de las votaciones, una primera bomba explotó en Karachi (sur).

El artefacto estaba dirigido contra el coche de un candidato del Partido Nacional Awami (ANP, laico), uno de los objetivos predilectos del TTP, que reivindicaron el ataque. Al menos 11 personas murieron y 36 resultaron heridas, según fuentes hospitalarias.

En la inestable provincia de Balutchistan (suroeste), seis personas murieron, incluido dos miembros de los paramilitares, en diferentes ataques, elevando al menos a 17 el número de muertos en la violencia electoral del sábado.

En el noroeste, otra bomba colocada ante un colegio electoral reservado para las mujeres hirió a ocho personas, según los médicos. A continuación, una tercera bomba, de potencia media, explotó en Mardan, cerca de Peshawar, hiriendo a cuatro personas.

“Hemos vivido años en el miedo de las amenazas de los terroristas. Hoy hemos decidido acabar de una vez por toda con este clima del miedo”, dijo a la AFP Suhail Ahmad, comerciante de Peshawar.

Los primeros resultados podrían conocerse a primera hora de la noche. El partido que obtenga un mayor número de votos tratará de formar una coalición mayoritaria junto a otros partidos apta para gobernar el país. Si no lo consigue, el segundo mejor posicionado intentará hacerlo, gracias a un sistema que abre la puerta a numerosas posibilidades de alianzas más o menos previsibles.

Nawaz Sharif podría acceder por tercera vez al puesto de primer ministro, un récord, después de haber ocupado el puesto entre los periodos de 1990-1993, hasta que cayó por corrupción, y entre 1997 y 1999, cuando fue derrocado por un golpe de Estado militar.

Sharif e Imran Khan apoyaron la idea de dialogar con los talibanes para intentar poner fin a la violencia y criticaron los disparos de drones estadounidenses contra los islamistas en el noroeste del país. Pero ninguno de los dos precisó cómo harían para lograr la paz sin molestar a Washington, primer socio del país.