Gibraltar ha dejado de ser un paraíso fiscal europeo y se ha convertido en un centro de servicios financieros como Londres o Fráncfort, aseguró el ministro principal de este territorio británico ubicado en el sur de España, país que sigue viéndolo como territorio “offshore”.

En una entrevista con la AFP, Fabian Picardo destacó que el territorio ha firmado 26 acuerdos de intercambio de información fiscal, suficientes para ubicar este territorio en la “lista blanca” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de jurisdicciones que cumplen con los estándares impositivos acordados internacionalmente.

Para entrar en esta lista, un territorio debe haber firmado 12 o más de estos acuerdos, según los criterios acordados en abril de 2009 por la OCDE y el G20. Un objetivo que Gibraltar alcanzó a finales de ese año.

“Gibraltar no se ve a sí mismo como un paraíso fiscal y lo que es más importante, Gibraltar no es visto como un paraíso fiscal por la comunidad internacional”, dijo Picardo, sentado en el bar de un céntrico hotel de Madrid el martes.

“Las listas de la OCDE indican claramente que no lo es”, añadió.

“La realidad es que el mundo no considera Gibraltar un paraíso fiscal, sino como una jurisdicción de servicios financieros tan obediente como se consideran Fráncfort, Londres, París o Madrid. Es solo España que continúa describiendo así a Gibraltar por sus ruines intenciones”, lamentó Picardo.

Gibraltar, una península en el sur de España cedida al Imperio británico en 1713, abolió en enero de 2011 su régimen de exención fiscal bajo el que algunas compañías evadían impuestos e introdujo un impuesto corporativo del 10%.

“El 10% es la tasa que la OCDE considera adecuada para una jurisdicción antes de considerarla un paraíso fiscal”, apuntó Picardo.

Sin embargo, Madrid aún estima que Gibraltar es un territorio “offshore” que permite a las compañías españolas evadir sus obligaciones fiscales, pagando sus impuestos en el Peñón aunque operen en España.

La Agencia Tributaria española creó un grupo de trabajo para analizar la tributación de las operaciones realizadas en Gibraltar, informó el diario español El País el mes pasado.

Según el periódico, cientos de millones de euros se escapan cada año del control fiscal de la Hacienda española a través del territorio británico.

“Eso no ocurre, no hay evasión y menos una evasión a esa escala porque si la existiera, el gobierno de Gibraltar la detectaría”, rebatió el ministro principal.

La discusión sobre la fiscalidad forma parte de una larga disputa alrededor de Gibraltar, un pequeño territorio al sur de España con las típicas cabinas telefónicas rojas, pubs y establecimientos de “fish and chips”.

Durante muchos años, Madrid ha reclamado la soberanía de Gibraltar e incluso, el año pasado España y el Reino Unido mantuvieron una agria disputa sobre los derechos de pesca alrededor del territorio.

España defiende que el Tratado de Utrecht de 1713 bajo el que Madrid cedió Gibraltar a los británicos solo comprendía las aguas del puerto y no las tres millas náuticas que reclaman el Reino Unido y las autoridades del Peñón.

Fragatas policiales de ambos países se enfrentaron en numerosas ocasiones en las aguas de alrededor de Gibraltar, una localización muy estratégica en la entrada occidental del Mediterráneo.

Picardo instó a España a presentar una reclamación ante el Tribunal Internacional del Derecho del Mar ubicado en Hamburgo, competente para resolver disputas sobre la interpretación de la Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar.

“Soy el quinto ministro principal de Gibraltar que les ha propuesto esto en los últimos cincuenta años y España nunca ha tenido la valentía de hacerlo”, dijo.

“Creo que ellos son conscientes de que tienen menos opciones que una bola de nieve en el infierno de demostrar que esas no son otra cosa que aguas territoriales del Gibraltar británico”, zanjó.