El gobernador del estado de Rio de Janeiro, Sergio Cabral, defendió este viernes la privatización del mítico Maracaná, sede de la final del Mundial-2014, y cuya administración se la disputan dos consorcios privados, tras asegurar que “un estadio no es cosa de gobierno”.

“La gobernación tiene que encargarse de 1.000 escuelas, 50 hospitales públicos, 45.000 policías militares, 12.000 policías civiles, 70.000 profesores. ¿Y tiene que encargarse también del Maracaná? Esa es una visión distorsionada”, lanzó Cabral, citado por el sitio web del “diario O Estado”.

El templo del fútbol, construido para el Mundial de 1950, es propiedad de la gobernación de Rio de Janeiro.

Dos consorcios se disputan la gestión durante 35 años del mítico estadio en un proceso licitatorio que ha sido blanco de protestas callejeras y guerras judiciales, sin embargo, aún no hay fecha para conocer el ganador.

“Si soy defensor de que el aeropuerto sea dado en concesión, imaginen con un estadio de fútbol”, añadió.

De los seis estadios de la Copa Confederaciones, el Maracaná, que está siendo totalmente reformado, será el último en ser entregado a la FIFA, el 27 de abril, fecha que fue aplazada varias veces.

Desde 2007, el gobierno ha invertido unos 615 millones de dólares en el Maracaná.

El ganador de la licitación deberá invertir unos 300 millones de dólares en mejorar el entorno del estadio, y pagará 2,25 millones de dólares por año al gobierno durante 35 años, según los documentos de la licitación.

Un estudio de viabilidad financiera elaborado antes de la licitación prevé que el ganador de la concesión tendrá ganancias netas por unos 715 millones de dólares en los 35 años de gestión.