El presidente cubano Raúl Castro declaró feriado el próximo viernes santo, 29 de marzo, un guiño al nuevo papa Francisco y otro paso en el acercamiento entre el gobierno comunista y la Iglesia católica, que tuvieron grandes roces en décadas pasadas.

La decisión se tomó por primera vez en 2012 “con carácter excepcional” accediendo a una solicitud del entonces pontífice Benedicto XVI -ahora Papa emérito- durante su visita a la isla, del 26 al 28 de marzo.

Según se explicó oficialmente entonces, el Parlamento debía pronunciarse por la “determinación definitiva” de dejar feriado el día, cosa que no ha ocurrido.

“Se ha decidido por la dirección del país aprobar el receso de las actividades laborales el viernes 29 de marzo del 2013″, señala uno de los medios nacionales.

“Teníamos indicios de que iba a ser así y nos alegra mucho saber que tanto los fieles católicos como el pueblo que tiene simpatía hacia la Iglesia y religiosidad en sus sentimientos, pueda este viernes santo participar ahora con más libertad con los horarios de las distintas celebraciones que tendremos”, dijo el sacerdote José Félix Pérez, secretario ejecutivo de la Conferencia Episcopal.

Las relaciones entre el gobierno de Cuba y la Iglesia católica fueron ondulantes durante los más de 50 años de gobierno comunista en la isla, con períodos de duro enfrentamiento y otros de cohabitación.

Sin embargo, las relaciones oficiales con el Vaticano han sido ininterrumpidas, en un país donde los católicos practicante ronda el 15% de la población de 11,2 millones de habitantes.

Desde la histórica visita del papa Juan Pablo II a la isla en enero de 1998, comenzó un acercamiento de la jerarquía católica y el entonces presidente Fidel Castro, relevado en el poder por su hermano Raúl en 2006, debido a una grave crisis de salud.

Raúl Castro profundizó su acercamiento con la Iglesia a través de un inédito diálogo que comenzó en mayo de 2010 y cuyos resultados más relevantes fueron la excarcelación de más de 130 presos políticos, y un mayor espacio pastoral para la Iglesia.

El presidente cubano fue uno de los primeros mandatarios en enviar un mensaje de felicitación al nuevo Papa, pocas horas después de su elección en el Vaticano, la pasada semana.

“En ocasión de su elección como Sumo Pontífice de la Iglesia católica, me complace, en nombre del gobierno y del pueblo cubanos, hacer llegar a Su Santidad mis cordiales felicitaciones y mejores deseos para su pontificado”, dijo Raúl Castro.

La elección de Francisco fue muy bien acogida en la isla, tanto por su origen latinoamericano, como por su condición de jesuita, orden muy ligada a la independencia y la educación en esta región.