Un juez dictaminó el lunes que la ciudad de Nueva York no puede prohibir las bebidas gaseosas gigantes, una norma que la municipalidad se aprestaba a hacer regir desde el martes.

Unas horas antes de la entrada en vigor de una prohibición de todas las sodas y bebidas azucaradas de más de 47 centilitros, el juez Milton Tingling calificó la medida como “arbitraria” y la bloqueó “de manera permanente”.

Su decisión es un revés para el alcalde Michael Bloomberg, quien buscaba con esta medida luchar contra la obesidad.