El banco estadounidense Goldman Sachs, símbolo de las malas prácticas en las finanzas y la compañía Shell, acusada de haber contribuido a reducir la capa de hielo de la Antártida, ganaron este miércoles el “premio de la vergüenza” 2013 que otorga Greenpeace Suiza.

Estos premios se conceden cada año a las empresas acusadas de “atentar contra los derechos humanos” y de haber “perpetrado delitos medioambientales particularmente graves”, coincidiendo con la celebración del Fondo Económico Mundial (WEF) en la estación alpina suiza de Davos.

En 2012, estos premios fueron concedidos al banco inglés Barclays y al grupo brasileño de materias primas Vale.

Goldman Sachs obtuvo el premio del gran jurado, que considera que el banco estadounidense fue “el actor central de la globalización, alimentando los beneficios de algunos potentados gracias a desigualdades fenomenales y el empobrecimiento de amplias capas de la población”.

Greenpeace Suiza y la Declaración de Berna, una ONG suiza, también denunciaron a los “directivos de Goldman Sachs, que son los dueños del torniquete, y que al ocupar alternativamente puestos en el banco y en el sector público o político, aseguran los negocios del mañana”.

Según Michael Baumgartner, miembro del jurado, “Goldman Sachs no es uno de los grandes ganadores de la crisis financiera, sino que ocupa una plaza preponderante en el casino de las materias primas”.

“Ha empezado a desestabilizar los precios y si los precios de los alimentos alcanzan nuevos récords, como en 2008, millones de personas estarán reducidas al hambre y la miseria”, dijo.

La empresa angloholandesa Shell recibió el premio del público, concedido por 41.800 personas que votaron por Internet.

Shell está acusada de contribuir al cambio climático con sus proyectos petroleros off-shore en la Antártida, uno de los últimos paraísos naturales en la tierra.