A tres años del terremoto, 15 familias de Villa El Águila de Hualqui siguen esperando una solución definitiva para sus viviendas que resultaron dañadas por el sismo del 27 de febrero de 2010.

Acompañados por la diputada Clemira Pacheco, los dirigentes de la junta de vecinos del sector, Gladys Rivera y Francisco Arriagada concurrieron hasta las oficinas del Serviu en Concepción donde se reunieron con el jefe de gabinete del director de la entidad, Julio Rodríguez, a quien le plantearon su compleja situación.

La diputada Pacheco explicó que las familias “ya no dan más, han esperado largo tiempo, las han tramitado y aún no tienen respuesta”.

Según Tribuna del Bío Bío, la situación se complica debido al Estero Las Ánimas, próximo a la Villa el Águila, que al no contar con protecciones está provocando socavamiento en los terrenos donde están las viviendas, lo cual ha frenado la reconstrucción de las mismas.

La diputada Pacheco recordó que gracias a gestiones que realizó ante la Dirección de Obras Hidráulicas, se consiguió que en abril del año pasado se limpiara el cauce del estero. Sin embargo, aún faltan obras mayores de protección para evitar socavamiento.

Durante la conversación, el jefe de gabinete del director del Serviu se comprometió a realizar gestiones ante el MOP para saber si existe algún proyecto en torno al Estero Las Ánimas que implique reforzamiento del cauce.

Junto con eso, se evaluará la situación de cada familia, para ver si el Serviu puede ir avanzando con algunas viviendas donde los terrenos no presenten problemas. Hubo asimismo el compromiso de entregar una respuesta la próxima semana.

El secretario de la junta de vecinos, Francisco Arriagada dijo que no es primera vez que plantean esta situación al Serviu y que no entienden tanta demora. Lo mismo acotó la presidenta, Gladys Rivera, quien dijo que las familias están cansadas de “todas las veces que funcionarios del Serviu han ido a verlas, comprometiéndose con plazos que después no se cumplen”.

A su vez la diputada Pacheco comentó que espera que esta vez sí haya una respuesta más concreta para estas familias de Hualqui, que silenciosamente viven su drama a tres años del terremoto.