Un cura italiano provocó el escándalo al colgar en la puerta de su iglesia un manifiesto que llamaba a la mujeres a reflexionar sobre la posibilidad de que su vestimenta provoque a los criminales, antes de disculparse y dimitir este jueves.

Don Piero Corsi, cura de San Terenzo en la costa de Liguria (noroeste de Italia), colgó en la puerta de la iglesia parroquial el día de Navidad una octavilla en la que podía leerse: “Las mujeres, que provocan con su ropa ceñida, que se alejan de la vida virtuosa y de la familia, provocan los instintos y deben realizar un examen de conciencia, preguntándose: ¿es posible que lo busquemos?”.

Este texto causó indignación en la parroquia y en toda Italia, donde el balance de mujeres asesinadas (118 según un recuento de la prensa) fue especialmente elevado en 2012.

Don Piero anunció este jueves por la mañana que renunciaba a su ministerio “después de una noche de insomnio debido al dolor y los remordimientos generados por la justa polémica causada” por su “imprudente provocación”.

El sacerdote dimitió de su cargo, del que “se siente indigno”, y presentó sus excusas “más sinceras no solo a todas las mujeres ofendidas por mi texto, sino también a todos aquellos que se sienten ofendidos por mis palabras”, escribió.