En Argentina, una jueza determinó que un grupo indígena en Neuquén tiene derechos sobre un territorio a pesar de que un empresario posee el título de propiedad del lugar. Y negó el desalojo.

¿Qué sentido tiene para nosotros esa noticia? Que Chile también suscribió en convenio 169 de la OIT, lo que nos hace pensar que debiéramos no sólo reconocer la existencia de pueblos originarios, sino que asimismo cambiar nuestra forma de vivir con esa realidad.

Reconocer derechos ancestrales es algo que, evidentemente, cambia la situación de las cosas. Pero no debiera ser imposible ni desastroso, como algunos temen.

Es cuestión de voluntad y, también, de no quererlo todo. De no aspirar a acaparar y apropiarse de todo cuanto se mira. Se trata simplemente de convivir.

El comentario es de Nibaldo Mosciatti:

http://youtu.be/HT8v9w7w9w4