Gracias al telescopio espacial Hubble y a la relatividad general de Einstein, unos investigadores pudieron observar una galaxia lejana que se remonta a unos 500 millones de años después del Big Bang, la explosión que dio origen al Universo.

La imagen del Universo más antigua que tenemos nos la da la radiación de fondo dejada por el Big Bang, un halo microondas difuso que no puede asociarse a ninguna estrella, galaxia u objeto astronómico preciso.

Eso ocurrió unos 400.000 años después del Big Bang, es decir una fracción de segundo a escala de nuestro Universo de unos 13.700 millones de años. No había entonces ninguna estrella, sólo átomos de hidrógeno recién creados.

Hubo que esperar todavía casi 1.000 millones de años para tener otra imagen detallada, pero el paisaje había cambiado radicalmente: había galaxias con miles de millones de estrellas.

¿Qué pasó entre tanto? Los astrónomos tienen dificultades para responder a falta de poder distinguir entre el ruido de fondo cosmológico y otras señales que llegan del fondo del espacio.

Wei Zheng, del departamento de Física y Astronomía de la Universidad estadounidense Johns Hopkins, y su equipo aportaron un principio de respuesta al descubrir una galaxia de unos 13.200 millones de años.

Los astrónomos utilizaron la potente cámara infrarroja instalada en 2009 en Hubble. Ese instrumento ya encontró más de un centenar de galaxias de cuando el universo tenía entre 650 y 850 millones de años. Pero más allá, la señal recibida es tan tenue que hasta ahora la cámara sólo pudo identificar una galaxia de 500 millones de años.

Los investigadores miraron hacia Albert Einstein y su teoría según la cual objetos muy masivos tienen un campo gravitatorio tan fuerte que logran desviar los rayos luminosos que pasan a proximidad. Y a veces, esto amplia la imagen percibida por un observador, un fenómeno llamado “lente gravitatoria”.

Utilizaron Hubble para buscar galaxias lejanas escondidas detrás de cúmulos de galaxias macizas que podrían servir de lupa astronómica y hallaron una que data de unos 500 millones de años después del Big Bang, según el estudio publicado el miércoles en la revista británica Nature.

En este caso, la “lente gravitatoria” multiplicaba por 15 la luz emitida por dicha galaxia, lo que les permitió estudiarla con mucha más precisión.

Los autores estiman que está constituida por una proporción no despreciable de “viejas estrellas” que se habrían formado durante 200 millones de años para alcanzar una masa equivalente a 150 millones de veces la de nuestro Sol.

Si este sistema fuera representativo de otras galaxias primitivas, implicaría que la formación de estrellas estaba ya en curso entre 300 y 500 millones de años después del nacimiento del universo.

A falta de muestras y de instrumentos de medida suficientes, es imposible afirmarlo, subrayó en un comentario separado Daniel Stark, astrónomo de la Universidad de Arizona, pero la construcción de telescopios terrestres gigantes abrirá nuevos campos de exploración en la próxima década.