Un prisionero gravemente enfermo condenado a una larga pena de prisión obtuvo el derecho de recibir la eutanasia en Bélgica, siendo la primera vez que ésta se aplica a un detenido desde su legalización hace diez años.

El hombre, del que no se reveló la identidad, murió hace varios meses, pero la información no fue divulgada hasta esta semana, según la prensa local.

Siguiendo el procedimiento en vigor, el preso hizo varias demandas para ser eutanasiado, y varios médicos certificaron que su enfermedad era incurable.

Después de Holanda, Bélgica fue el segundo país del mundo que legalizó la eutanasia, en mayo de 2002. En 2011 fueron registrados 1.133 casos de eutanasia, es decir el 1% de los fallecimientos, según la Comisión de control y de evaluación de la eutanasia.