El presidente mexicano, Felipe Calderón, tildó este lunes de “trascendente” para el futuro del país su estrategia militar antidrogas, que recibirá el gobierno que lo sucesor en diciembre, y subrayó la corresponsabilidad de Estados Unidos en la violencia que vive el país.

En su último informe de gobierno, tres meses antes de concluir su mandato de seis años, Calderón reconoció que el combate al narcotráfico, en el origen de una ola de violencia, que dejó más de 50.000 muertos desde que asumió la presidencia, ha sido la “tarea más difícil” que ha enfrentado, y que “tomará muchos años” ver el fruto de su estrategia.

“Tomamos la decisión trascendente de enfrentar de manera contundente a la criminalidad (…). Hay quien sugiere que lo mejor hubiera sido no hacer nada. Esas voces, por lo mismo, señalan que la violencia es culpa del gobierno. La violencia es causada por las bandas criminales”, dijo Calderón en el Palacio Nacional.

En su discurso, también responsabilizó a Estados Unidos de la violencia que sacude a México al señalar que “ellos (los estadounidenses) son los consumidores, ellos son los proveedores del dinero, ellos son los proveedores de armas” para el crimen organizado.

“Expresamos con firmeza la necesidad de frenar los flujos criminales de armas y de dinero que alimentan a la violencia en nuestro país”, dijo el mandatario.

El Presidente, duramente criticado por la oposición y por organizaciones civiles por desplegar a más de 50.000 militares y a miles de policías federales en el combate a los cárteles, sostuvo que las Fuerzas Armadas “han actuado conforme a la ley, con respeto a derechos humanos y libertades”.

Sin embargo, reconoció que se han cometido algunos “errores y en algunos casos abusos”, pero que han sido “la excepción y no la regla”, y que se “ha actuado contra los responsables”.

El próximo 1 de diciembre, la presidencia de México en el periodo 2012-2018, será asumida por Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó hegemónicamente de 1929 a 2000, cuando fue derrotado por el Partido Acción Nacional, al que pertenece Calderón.