Pekín rechazó el jueves las recientes críticas estadounidenses sobre las libertades religiosas en China, solicitando a Estados Unidos que abandone sus “prejuicios”.

“El gobierno chino garantiza la libertad de culto para todos, según la ley”, afirmó en un comunicado Hong Lei, portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores.

“Estados Unidos debería rechazar sus prejuicios, respetar los hechos, considerar la situación de la libertad religiosa en China de manera objetiva e imparcial, y cesar de utilizar la religión para injerir en los asuntos internos de China”, agregó el portavoz.

En un informe del departamento de Estado sobre las libertades religiosas en el mundo, Washington critica el lunes una “clara degradación” de las libertades religiosas en China.

Estados Unidos se inquieta en particular de la situación “de los budistas tibetanos, de los cristianos y de los musulmanes uigures”.

Por otra parte, la semana pasada, Washington ya había criticado a Pekín por la “continua deterioración de la situación general de los derechos humanos”.

Numerosos tibetanos se quejan de la represión de su religión y de su cultura y de lo que consideran como una dominación creciente de los Han, etnia mayoritaria en China.