Los habitantes de un edificio de viviendas del este de Londres perdieron el martes su batalla legal para impedir la instalación de misiles antiaéreos en su tejado como parte del dispositivo de seguridad durante los Juegos Olímpicos.

Un juez del Tribunal Superior de la capital británica desestimó la demanda de los residentes de la torre Fred Wigg, que alegaban no haber sido consultados de manera adecuada sobre esta instalación que, según ellos, les convierte en un posible blanco de atentado durante los Juegos (27 de julio-12 de agosto).

El gobierno y las agencias de seguridad encargados de la seguridad olímpica afirman por su parte que no existen “amenazas creíbles” y que los emplazamientos elegidos para los misiles son “legítimos”.

El ministerio de Defensa confirmó la semana pasada que iba a instalar el sistema de defensa antiaérea, compuesto por misiles Rapier y de Alta Velocidad, a partir de mediados en julio en seis puntos de Londres y sus inmediaciones, incluidos dos edificios de viviendas cercanos al parque olímpico de Stratford.

Los vecinos de la torre Fred Wigg, de 17 plantas y 117 apartamentos, pedían una revisión judicial de la decisión, pero el juez Charles Haddon-Cave calificó este martes de “inmaculada” la relación entablada por el ministerio con la comunidad sobre este asunto.

El ministerio de Defensa indicó que el principal objetivo del despliegue es proteger el parque olímpico de Stratford, donde llevarán a cabo la mayoría de las competiciones y vivirán los atletas que participarán en los Juegos y aportar a la vez “tranquilidad y una poderosa fuerza disuasoria” a una ciudad que ya sufrió mortíferos atentados terroristas en 2005.

El dispositivo de seguridad de Londres 2012 es el más importante en el Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial, y movilizará a más de 40.000 militares, agentes de policía y guardias de seguridad privados, con el respaldo de los servicios de inteligencia, aviones, helicópteros y buques de la marina.