Los franciscanos estadounidenses expresaron su “solidaridad” con las monjas estadounidenses que llevan semanas en la mira del Vaticano por tener posiciones demasiado liberales en cuestiones de sexualidad según Roma.

Los dirigentes de siete “provincias” franciscanas de Estados Unidos (1.250 sacerdotes y monjes) dijeron en un comunicado publicado el jueves que expresaban su “fuerte respaldo” y su “solidaridad” a la Conferencia de Líderes de Mujeres Religiosas (LCWR, por sus siglas en inglés).

La LCWR (1.500 delegadas para 57.000 religiosas) ha sido blanco de críticas de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) en Roma que le reprocha su “falta de apoyo a las enseñanzas de la Iglesia sobre la ordenación de las mujeres y sobre la homosexualidad”, así como su silencio sobre el aborto o la eutanasia.

“Como muchos católicos estadounidenses, los hermanos franciscanos están muy preocupados” por las declaraciones del Vaticano y pretenden “expresar su apoyo a la acción invalorable de las religiosas estadounidenses”, agrega el comunicado, que publica una carta enviada a fines de mayo a las religiosas estadounidenses.

En dicha carta, los franciscanos consideran “excesivos” el “tono y la orientación” tomados por la evaluación doctrinaria del Vaticano de las cuales son objeto las religiosas.

Al evocar los “cambios profundos” que agitan al mundo moderno, los hermanos estiman por otro lado que las monjas, “reflexionando sobre estos asuntos”, expresaron “su determinación a ser fieles al Evangelio, a la Iglesia, a los preceptos del Vaticano II (que consagró la apertura de la Iglesia al mundo contemporáneo) y a (su) propia fe”.

La dirección de la LCWR, que recientemente se defendió de las acusaciones del Vaticano, las que consideró “sin fundamentos”, había anunciado que se reuniría con los responsables de la Congregación para la doctrina de la fe en Roma el 12 de junio.

A mediados de abril, la CDF llamó a una reforma de la LCWR, para lo cual designó al arzobispo de Seattle (noroeste de Estados Unidos), Peter Sartain.