La Unión Europea denunció este viernes a Argentina ante la OMC por las “restricciones” a las importaciones impuestas por el gobierno de la presidenta Cristina Kirchner, que provocan un daño real a la economía europea, e invitó a otros países a unirse en esta cruzada.

“Las restricciones argentinas a la importación violan las normas comerciales internacionales y deben eliminarse. Esas medidas provocan un daño real a las empresas de la UE y perjudican el empleo y a toda nuestra economía”, declaró el comisario europeo de Comercio, Karel de Gucht, en una rueda de prensa.

El comisario advirtió que “Europa no está sola” en esta cruzada y da “la bienvenida a todos aquellos que quieren unirse”.

La decisión de la UE sin embargo, no involucra a la reciente decisión de Argentina de expropiar en abril el 51% de las acciones de la petrolera YPF, todas ellas procedentes del 57,4% en manos del grupo español Repsol. De todas maneras, “Repsol fue la gota que derramó el vaso”, señaló una fuente europea.

La UE está “muy preocupada” por esta decisión contra una empresa española y “considera todas las las opciones”, añadió.

La denuncia inicia un largo proceso en la OMC, con sede en Ginebra. En una primera fase, las dos partes están llamadas a negociar. Pero si después de 60 días no llegan a un acuerdo, la entidad instalará un panel arbitral que deberá “pronunciarse sobre la legalidad de las medidas argentinas”.

Y si el caso llega tan lejos, la OMC podría imponer recargos en los aranceles de los bienes argentinos. Justamente la UE es el segundo mercado exterior de Argentina, solo detrás del Mercosur, y el principal inversor extranjero en el país, con más del 50% del total.

Fuentes europeas explicaron que “las medidas proteccionistas adoptadas por Argentina provocaron una caída del 14% de las exportaciones europeas a Argentina en el periodo abril 2011- abril 2012, mientras que las importaciones procedentes de Argentina han caído un 4%.

Una imagen muy clara del impacto de las medidas es ir al puerto de Buenos Aires, allí se “verán colas y colas de contenedores apilados (…) es realmente impresionante”, describieron.

Las restricciones en 2011 “afectaron a cerca de 500 millones de euros” de exportaciones en ese mismo año. “Desde coches hasta electrodomésticos, pasando por teléfonos celulares, todos los productos europeos se han visto afectados”, narró De Gucht.

Si bien la UE ha expresado en los últimos meses su preocupación al gobierno de Kirchner, “la respuesta de Argentina no fue de la satisfacción de los miembros” del bloque europeo.

Ya en marzo, 19 miembros de la OMC, incluidos todos los países de la Unión Europea, además de Estados Unidos, Japón, México y Panamá, se quejaron ante la OMC por las restricciones que aplica Argentina contra las importaciones.

El Gobierno de Cristina Kirchner ha ido incrementando en forma gradual las barreras a las importaciones desde la crisis mundial de 2008, pero sobre todo a partir del año pasado.

Con las medidas proteccionistas, el gobierno argentino pretende mantener el superávit comercial que es su principal fuente de divisas, ante el cierre de los mercados financieros tras el default de 2001.

Las medidas, que incluyen declaraciones juradas de importación que retrasan el ingreso de productos, han provocado además fuertes tensiones con sus socios del Mercosur.

Incluso, el Parlamento Europeo pidió recientemente en Bruselas que retire a Argentina del Sistema Generalizado de Preferencias (GSP), del que se benefician hasta 2014 en torno al 27% de las ventas argentinas a la UE, por unos 2.400 millones de euros.

De Gucht precisó que “de momento” la UE no pensaba retirar a Argentina del GSP o interrumpir las negociaciones para un acuerdo de libre comercio con el Mercosur.

Kirchner justificó la expropiación de YPF, por una caída de la producción de crudo y el aumento de las importaciones de hidrocarburos al doble en 2011 respecto de 2010, que el gobierno achaca a una falta de inversiones de la petrolera.

La víspera, el canciller argentino, Héctor Timerman, criticó en París las medidas proteccionistas de países desarrollados y afirmó que “Argentina y los países en desarrollo son perjudicados por altísimas restricciones comerciales”.

El comercio debe ser “un instrumento que profundice la brecha entre países desarrollados y en desarrollo”, expuso.