Adela Ramírez, una mujer que vivía en un pueblo indígena del norte de Chiapas, México, pasó 7 años en prisión tras ser acusada de matar a su hijo de 8 meses de gestación.

La acusada no sabía hablar español y nunca se le proporcionó a un traductor que le ayudara a contar su versión de los hechos. Finalmente, Adela fue condenada a pasar 15 años de prisión, dado que el juez consideró que mató a su hijo porque no quería tenerlo.

Según informó El País, la mujer aprendió a hablar español al interior de la cárcel, y recién en ese instante logró contar su testimonio.

Adela asegura que tras caer por las escaleras de su casa, se le adelantó el parto y su hijo no logró sobrevivir. Según explica la abogada, la mujer se desmayó y no despertó hasta llegar al hospital.

Frente a esto, el Gobernador reconoció que pueden existir casos similares al de esta mujeres que son injustamente encarceladas. “Gracias a las reformas legales realizadas en Chiapas en los últimos cinco años podrán alcanzar su libertad”, aseguró.