La proclamación de autonomía del este de Libia por dirigentes locales abrió la puerta a una división del país, estiman analistas, que advierten sobre los riesgos de la instauración precipitada de un sistema federal.

Jefes de tribus y de milicias del Este del país habían declarado este martes en Bengasi, de donde surgió la revuelta contra Muamar Gadafi en febrero de 2011, la autonomía de esta región petrolera, al indicar que optaban por un sistema federal.

En un comunicado conjunto, anunciaron la elección de Ahmed Zubair como jefe de la Cirenaica, región marginalizada durante los 42 años de reino del coronel Gadafi.

Las tres cuartas partes de la riqueza petrolera de Libia se concentran en Cirenaica, según Arish Sayid, responsable de la Arabian Oil Company en Bengasi.

El presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT) de Libia, Mustafá Abdeljalil, amenazó este miércoles con recurrir a la fuerza para impedir la autonomía del este del país, proclamada la víspera por varios jefes de tribus y milicias.

Según el catedrático universitario Sadiq Boudaouara, el problema no viene del federalismo en sí, sino de la manera unilateral en la que un grupo busca transformar esa región petrolera en territorio autónomo.

Los defensores de un retorno al federalismo afirman que un sistema así sacaría al oriente libio de la marginalización que ha conocido durante décadas, mientras que sus detractores temen que esta iniciativa favorezca la división del país y entorpezca la reconciliación, después de meses de un sangriento conflicto.

Libia fue un país federal de 1951 a 1963, periodo durante el cual estuvo dividida en tres regiones administrativas: la Cirenaica, la Triopolitana (oeste) y el Fezzan (sur).

Según el analista Mohammed ben Hariz, entrevistado en Bengasi, el federalismo corre el riesgo de atizar las tensiones.

“Algunos afirman que el federalismo es una válvula de seguridad que permite mantener una unidad nacional, pero federalismo y unidad son conceptos contradictorios”, estima.

“¿Qué le ha aportado el federalismo a Irak? Solo conflictos entre las regiones autónomas ricas en petróleo, como el Kuridistán iraquí, y el gobierno central de Bagdad”, dice, recalcando el riesgo de que haya diferendos con respecto a la repartición de los ingresos petroleros.

Las tres cuartas partes de la riqueza petrolera del país se concentran en Cirenaica, según Arish Sayid, dirigente de la Arabian Oil Company, en Bengasi.

Los temores de que se produzca una división aumentan, sobre todo porque el CNT, que trasladó su sede de Bengasi a Trípoli después de la liberación del país, no logra ejercer su autoridad en el país, donde las milicias que combatieron a Gadafi imponen su ley.

Para Jamal bin Dardaf, miembro de la Campaña Nacional para el Despertar de las Conciencias Políticas, el deseo de autonomía es una reacción al “fuerte centralismo” del periodo de Gadafi.

Altos dirigentes en Trípoli rechazaron la opción federalista, proponiendo más bien una descentralización con 50 consejos regionales dotados de amplios poderes.

“La descentralización significa que cada libio tendrá acceso a los servicios públicos del gobierno, donde quiera que viva”, en tanto que “el federalismo significa una división del país entre estados que tienen cada uno su propio gobierno”, dijo el miércoles el primer ministro Mustafá Abu Chagour.