Una pequeña región montañosa del sur de Siberia sería la cuna genética de los primeros habitantes del continente norteamericano, según un equipo ruso-estadounidense de antropólogos cuyo estudio se publicó este jueves en Estados Unidos.

Esta región, llamada Altai y situada en el cruce de Rusia, Mongolia, China y Kazajistán “es un lugar clave marcado por el ir y venir de numerosas tribus desde hace varios miles de años”, explicó Theodore Schurr, profesor adjunto de antropología de la Universidad de Pensilvania (este), uno de los principales autores de la investigación publicada en la Revista estadounidense de Genética Humana.

Algunas de esas tribus serían los ancestros de los primeros americanos y habrían llegado hace 20.000 o 25.000 años del Altai, que forma parte hoy de la Federación Rusa.

Descendientes de linajes genéticos asiáticos, atravesaron Siberia antes de cruzar el estrecho de Bering, que en aquella época no estaba sumergido por las aguas, para llegar hasta América.

Los investigadores analizaron el ADN del cromosoma Y (transmitido por el padre) en los amerindios y los autóctonos de Altai del Sur para descubrir una mutación genética única en el linaje compartida por los dos grupos.

También se descubrieron similitudes genéticas particulares en el genoma mitocondrial (heredado de la madre) de estos dos grupos, reveló el estudio.